El director del FMI</b> admitió que el sexo era uno de sus puntos débiles

Strauss-Kahn se enfrenta a siete cargos de agresión sexual

Dos agentes de la policía neoyorquina revisan un ascensor del hotel Sofitel en busca de pruebas, ayer.

Dos agentes de la policía neoyorquina revisan un ascensor del hotel Sofitel en busca de pruebas, ayer.

EMILIO LÓPEZ ROMERO
NUEVA YORK

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Solo hicieron falta 26 minutos para que una jueza de Nueva York decretara ayer el ingreso en prisión sin fianza de Dominique Strauss-Kahn, acusado formalmente por abusos sexuales e intento de violación de la empleada del hotel Sofitel, en el centro de la ciudad. El director gerente del Fondo Monetario Internacional, que se declaró inocente de los siete cargos, que juntos le pueden acarrear una condena de hasta 74 años de cárcel si es declarado culpable por un jurado. La próxima audiencia será el viernes.

Esposado y cabizbajo, Strauss-Kahn llegó pasadas las diez al Tribunal Penal de Manhattan rodeado de policías y parapetado por sus abogados. La noche anterior había sido sometido a una primera ronda de análisis forenses solicitados por la fiscalía en busca de nuevas pruebas y, además, fue identificado por la supuesta víctima, una mujer del servicio de habitaciones de 32 años, de origen africano, en una rueda de reconocimiento llevado a cabo en una comisaría de Harlem.

ACUSACIONES GRAVES / De nada sirvieron los intentos de la defensa de pedir su libertad bajo fianza de un millón de dólares. La jueza Melissa Jackson atendió los argumentos del equipo de fiscales capitaneados por Cyrus Vance, que solicitaron su ingreso en prisión preventiva ante el temor a una posible fuga y la gravedad de los hechos imputados: siete cargos de abusos sexuales, incluido un intento de violación, según consta en el acta de acusación en el que se detalla lo ocurrido el sábado en lasuite2806 del hotel Sofitel.

El informe hecho público está basado en la declaración de la denunciante y relata que el acusado cerró la puerta de la habitación e impidió salir a la mujer; se abalanzó sobre la empleada, a la que tocó «los pechos sin su consentimiento»; intentó bajarle la ropa interior y forcejeó para manosear «el área vaginal» y violarla, incluso analmente; intentó por la fuerza mantener sexo oral «hasta en dos ocasiones», todo ello «para satisfacer su propio deseo sexual».

La fiscalía recordó que Francia no extradita a sus ciudadanos, por lo que no había manera de garantizar su comparecencia en caso de fuga. Incluso llegó a comparar a Strauss-Kahn con Roman Polanski, que se fugó en los 70 de EEUU huyendo de una acusación de violación. «Es exactamente lo mismo», advirtió el fiscal. De momento, Strauss-Kahn seguirá bajo arresto hasta el viernes, cuando tendrá lugar la siguiente vista preliminar de un juicio que amenaza con extenderse durante semanas o incluso meses.

SUPUESTA COARTADA / «La batalla no ha hecho más que empezar», lamentó su abogado Benjamin Brafman después de conocer la decisión de la juez. Previamente la defensa había calentado motores filtrando a la prensa que su cliente tenía una coartada a su favor. Strauss-Kahn había abandonado el hotel a las 12.30 del mediodía y, por tanto, no podía estar en el lugar de los hechos a la hora en que la mujer de la limpieza denunció haber sufrido el ataque, sobre las 13.00, y aseguraron contar con testigos de que almorzaba con su hija en un restaurante de la zona.

Sin embargo, la policía desveló ayer que los hechos ocurrieron en torno al mediodía y no a la una de la tarde como se había informado, lo cual tiraría por la borda su coartada. Además, la fiscalía sigue recopilando pruebas, desde los resultados de los análisis de ADN para confirmar el motivo de los arañazos que al parecer tenía el político francés en el torso, hasta las imágenes de la precipitada salida de Strauss-Kahn que fueron captadas por las cámaras de seguridad del hotel.

El Sofitel es un hotel de lujo cuyas elevadas tarifas levantaron todo tipo de críticas y que obligaron ayer al FMI a salir al paso asegurando que su director gerente se encontraba en Nueva York en visita privada y que pagó de su propio bolsillo la factura, que rebajó de 2.100 euros a 500 euros. «Nuestros empleados del FMI tiene reglas claras sobre dónde pueden pernoctar y cuánto pueden pagar en un viaje de trabajo», indicó el organismo. Lo cierto es que Strauss-Kahn pasará de la costosasuitea dormir en una celda de Rikers Island, centro penitenciario cercano al aeropuerto de La Guardia.