Los dos frentes de la protesta

Vándalos en el instituto

Agentes policiales se plantan ante un frente de jóvenes vociferantes en Mulhouse, ayer, en el este de Francia.

Agentes policiales se plantan ante un frente de jóvenes vociferantes en Mulhouse, ayer, en el este de Francia.

ELIANNE ROS
PARÍS

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Coches quemados o volcados, cabinas de teléfonos rotas, paradas de autobús destrozadas, tiendas saqueadas, barricadas de contenedores…. Las calles de Lyón y de Nanterre -periferia de París- fueron ayer escenario de violentas escenas de guerrilla urbana. La irrupción de bandas de jóvenes violentos en las manifestaciones de estudiantes empañaron la amplificación de la protesta estudiantil. Los enfrentamientos de vándalos procedentes de barrios conflictivos con la policía amenazan con desacreditar un movimiento que trasciende la reivindicación de las pensiones para convertirse en punta de lanza de la contestación al presidente Nicolas Sarkozy.

Mientras unos salían a la calle a cara descubierta provistos de pancartas que gritaban «¡Estudiantes en cólera!» o «Los jóvenes contra el Gobierno», otros se infiltraban entre los manifestantes, encapuchados, con la cara tapada y los bolsillos llenos de objetos contundentes para utilizar como proyectiles.

Pese a que el día anterior los disturbios se habían saldado con la detención de 300 jóvenes, el escenario temido tanto por los sindicatos como por el Gobierno no solo se reprodujo sino que subió considerablemente de tono.

MÁS DE MIL DETENIDOS / Las detenciones ascendieron a cerca de un millar y se produjeron decenas de heridos. Una joven de 15 años tuvo que ser hospitalizada tras explotar una moto incendiada por un contenedor de basura en llamas a las puertas de un instituto del distrito 15 de París. El centro de Lyón parecía haber pasado por el ojo de un huracán. En Nanterre los graves disturbios de la mañana rebrotaron por la tarde, y en la manifestación de París los servicios de seguridad de los sindicatos se las vieron y se las desearon para evitar que los grupos violentos sembraran el caos.

LA UNIVERSIDAD ATERRIZA / El alcalde de Nanterre, el comunista Patrick Jarry, llamó a «abandonar un ciclo de violencia» que «ensucia» la movilización de los jóvenes, cada día más extendida. Según el Gobierno los institutos bloqueados se acercan a los 400, mientras que las organizaciones estudiantiles cuentan 850. Hasta ahora silenciosos, los estudiantes de las facultades empezaron a votar en favor del paro con la incorporación a la huelga de una decena de las 83 universidades francesas.

Pese a que los propios sindicalistas juzgaban hace una semana «ridículo» que chavales de 16 años se manifestaran por los derechos de la gente de 60 años, son los estudiantes los que están tomando el relevo de la protesta. «Las pensiones son un poco nuestro futuro. Nos conciernen a todos», reivindican.