Las consecuencias del abordaje

EEUU presiona a Israel para que la investigación sea internacional

Netanyahu se plantea por primera vez aligerar el bloqueo de Gaza

Cigdem Topcuoglu, esposa de uno de los muertos, se agarra al ataúd.

Cigdem Topcuoglu, esposa de uno de los muertos, se agarra al ataúd.

RICARDO MIR DE FRANCIA
JERUSALÉN

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Como si fuera un déjà vu de la guerra de Gaza del 2009, seca la pólvora, llega el momento de las responsabilidades. El Gobierno israelí se debatía ayer entre varias posibilidades para responder a los llamamientos a una investigación sobre el asalto letal a la flotilla de Gaza. Los dos escenarios que parecen tener más opciones son la apertura de una comisión interna o la colaboración con una investigación foránea supervisada por EEUU. La presión internacional, además, podría forzar a Binyamin Netanyahu a aligerar el bloqueo a Gaza, según trascendió ayer.

The New York Timessostiene que Washington no está cómodo con el bloqueo de la franja y, a cambio de una investigación sin sobresaltos, quiere que Israel relaje el embargo. Netanyahu, según informaron anoche las televisiones israelís, podría permitir la llegada de cargamentos internacionales civiles si han pasado antes una inspección, algo que requeríría de la cooperación internacional.

Respecto a la investigación de los hechos, esta vez se antoja complicado que Israel recurra a la pantomima, como hizo tras la guerra de Gaza a principios del año pasado, cuando dejó que su Ejército se investigara a sí mismo. En el Consejo de Seguridad de la ONU, el lunes, EEUU no ejerció su derecho de veto y acabó respaldando la resolución en pos de una investigación «imparcial, creíble y transparente» del asalto a la flotilla. Esos mismos términos los repitió el miércoles el presidente Barack Obama. Y, desde el lunes, la fórmula se negocia en Washington entre asesores israelís y estadounidenses.

DETALLES CONFUSOS / La prensa hebrea no se pone de acuerdo en los detalles de la propuesta norteamericana. Unos medios sostienen que la comisión estaría formada por juristas israelís y supervisada por un observador estadounidense. Otros creen que sería puramente internacional aunque, en lugar de estar bajo los auspicios de la ONU, estaría coordinada por Washington. En ambos casos, solo se investigaría lo que ocurrió a bordo delMármara Azul y no las decisiones políticas que desencadenaron el trágico abordaje en aguas internacionales.

Teniendo en cuenta estos términos, la eventual investigación no preocupa demasiado en Israel. Varios ministros expresaron ayer su apoyo a la propuesta de Obama. «Actuamos de acuerdo al derecho internacional, no tenemos nada que esconder ni que temer de una comisión internacional», proclamó el titular de Industria israelí, Binyamin Ben Eliezer.

Otro cantar es la investigación iniciada ayer por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Israel considera a este órgano profundamente antiisraelí y no olvida el informe Goldstone. Con estos precedentes nadie espera que coopere con ella. La última opción sería una comisión interna pero independiente. Y es la que más riesgos implica para el Gobierno y el Ejército israelí, porque podría airear lo que se hizo mal durante el asalto naval. El ministro de Defensa, Ehud Barak, no quiere ni oír hablar de ella.