El desplome de la construcción golpea a los arquitectos de BCN

Como un indeseado efecto dominó, la crisis financiera e inmobiliaria ha golpeado también a los arquitectos en la ciudad de la arquitectura. A los fríos datos económicos --en el primer trimestre del 2008 se han proyectado el 71,6% menos de viviendas-- se suman la caída en picado de la actividad profesional, los impagados que se encadenan y las traumáticas reducciones de plantillas. Incluso el Col.legi d'Arquitectes de Catalunya ha reconvertido su departamento internacional en un servicio de información con el objetivo de fomentar el empleo.

Ante la magnitud de la crisis de la construcción, la diversificación y la internacionalización se perfilan como las únicas estrategias posibles para aguantar hasta que escampe la tormenta en Barcelona. Jos Galán, director de L 35, constata desde Tú-

nez, donde ha presentado un proyecto, que "la construcción residencial está totalmente parada, con un exceso de estoc no vendido y contratos en marcha paralizados".

Su empresa tiene unas 140 personas en plantilla en las oficinas de Barcelona, Madrid, Ginebra y París. Es de los pocos estudios --pueden contarse con los dedos de una mano-- que disponen de despachos en el extranjero. También ha tenido que hacer reajustes de personal aunque, señala, "el golpe está más repartido" porque hace ya unos 10 años que emprendieron una implantación internacional que ahora llega a 15 países y se centra en los sectores comercial y de servicios, menos frá-

giles que el sector residencial.

DUBÁI Y SHANGHÁI

Entre los francotiradores que han cruzado el charco están Jaume Parramon, que abrió despacho en Shanghái (China) tras notar los efectos negativos de la crisis. Y hace un mes, tras un año de esfuerzos, Álex Novell inauguró una sede en Dubái. A finales del 2007 ya advirtió un notable descenso de clientela en su empresa Optalia, especializada en 3D (simulaciones tridimensionales) y en software específico para arquitectos y empresas inmobiliarias, que fundó cuando aún era estudiante de arquitectura, hace 10 años, y donde empleaba a una treintena de personas, cifra que ha menguado a la mitad.

"El estrés de las entregas se frenó en seco hace un año y desaparecieron los clientes", explica. Y lo peor, cuenta, "es cuando tienes que decirle a alguien de la plantilla que ya es un amigo que no puedes pagarle a fin de mes". Con la oficina recién abierta en Dubái, "la idea es crecer otra vez", explica con optimismo.

AUTORES PREMIADOS

El dúo Emiliano López y Mónica Rivera ganó en octubre el premio FAD (Foment de les Arts i el Disseny) por un edificio de vivienda protegida en Sant Andreu y ahora han obtenido otro de arquitectura emergente que da la Architectural Review de Londres por el Hotel Aire de Bárdenas, en Tudela (Navarra). A estos prestigiosos premios no les ha seguido un aluvión de encargos encadenados pero, explica López, "hay contactos y las distinciones son una ayuda".

Ambos arquitectos combinan la docencia con el ejercicio de la profesión y se han curtido en presentarse a concursos públicos. "Investigar es el I+D de los arquitectos. Nosotros hacemos pocas cosas y bien hechas. No pensamos hacernos de oro. La arquitectura es un modo de vida, no un negocio", argumenta López.