HISTORIAS MÍNIMAS

Las finanzas de la Moreneta

La Agrícola Regional SA gestiona los servicios del santuario de Montserrat desde 1913

Josep Altayo i el Padre Manel Gasch explican la historia y numeros de ARSA empresa que gestiona tiendas i negocios vinculados al monestir de Montserrat

Josep Altayo i el Padre Manel Gasch explican la historia y numeros de ARSA empresa que gestiona tiendas i negocios vinculados al monestir de Montserrat / periodico

Carme Escales

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Gestionar las fincas de los monjes de Montserrat a principios del siglo pasado fue la primera misión de la Agrícola Regional Sociedad Anónima (LARSA). Viendo el precedente de Francia, que había desposeído a la Iglesia de sus tierras, la comunidad benedictina de Montserrat fundó la sociedad en 1913, para proteger en manos laicas sus cultivos. Francesc Cabot, joyero e industrial que entonces presidía la Cambra de Comerç de Barcelona, fue su primer presidente. Banqueros y abogados, gente de confianza de los monjes, pues muchos eran familiares de los religiosos, ocuparon otros cargos.

    El objetivo de LARSA era «dedicarse a la compraventa de fincas rústicas y urbanas, la explotación de productos agrícolas y otros negocios que acordasen los socios». Entre diciembre de 1913 y febrero de 1914, fueron vendidas a la sociedad las fincas del monasterio, y en mayo se arrendaron a la comunidad benedictina. El capital social inicial fueron 300.000 pesetas, en 300 acciones al portador.

    Según cita el libro 'L’Agricola Regional, SA. Més de 100 anys al servei del Santuari de Montserrat'(Publicacions de l’Abadia de Montserrat), al inicio LARSA no gestionaba los servicios a peregrinos, entonces aún escasos, solo se ocupó de cuatro granjas y cultivos. Los monjes hacían los Aromes del Montserrat (marca registrada en 1913 y, junto a la célebre coca, el producto más solicitado), pastelería, imprenta y encuadernación, labores de las que más tarde asumieron laicos.

    LARSA empezó a asumir servicios en los años 30. Poco a poco, romerías y tradiciones familiares de incluso veranear en Montserrat, empezaron a dar sentido y negocio a fondas y alojamientos, al edificio de celdas Abat Marcet (años 40), al Abat Oliba (años 50) y al hotel Cisneros. «Durante la guerra civil, se cerró la iglesia, pero el resort no», explica el padre Manel Gasch, mayordomo-administrador de Montserrat. Tras la contienda, inquilinos de fondas o tiendas abandonaron los negocios, porque los edificios quedaron dañados y, al final de los 40, LARSA empezó a gestionarlos. Entre 1996 y 1997, quedó separada la actividad monástica y la contabilidad y gestión de servicios. 

300 empleos

Hoy LARSA ocupa directamente a 200 trabajadores y otros cien son subcontratados. En temporada alta, suman 450. «La principal actividad es la atención al visitante –muchos surcoreanos, filipinos, rusos y norteamericanos–, en tiendas, alojamiento [700 plazas] y restauración [3.000 comensales en tres restaurantes, y 600.000 tíquets de bar al año]. Ese es el 70% del negocio», detalla el director general de LARSA, Josep Altayó. La gestión cultural (museo, guías...) supone el 10% y el resto incluye la gestión de los servicios públicos (limpieza, seguridad, agua,…) como ente supramunicipal, pues Montserrat pertenece a Monistrol y a Collbató. 

    Desde el 2003, LARSA tiene una agencia de viajes y es administradora del monasterio. Factura 20 millones de euros que revierten en mantenimiento (biblioteca, escolanía…) e inversiones como los 3,5 millones de la renovación de las celdas Abat Oliba, que acabará el próximo mes de mayo, y los dos millones de la producción de calor y frío con biomasa para sus edificios.