El FMI insta a adaptarse a la economía cambiante

De acuerdo con el dibujo que hace el Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía mundial atraviesa por una triple transición: el cambio de modelo económico chino, la inminente subida de intereses en Estados Unidos y unas materias primas que están a años luz de aquellos precios estratosféricos de hace unos años. Esas tres transiciones tienen una dimensión positiva, pero también han generado desagradables consecuencias colaterales. A ellas se refirió ayer la directora gerente del FMI, Christine Lagarde le pidió a los responsables políticos que adopten medidas para hacer frente a los riesgos financieros que está deparando «un mundo rápidamente cambiante e incierto».

Lagarde reconoció que el dinero barato de estos últimos años ha generado problemas, por más justificadas que estuvieran las políticas de estímulo de los bancos centrales de la eurozona, Japón, Reino Unido o Estados Unidos para salir de la crisis «No diría que la situación es sombría», dijo refiriéndose a las proyecciones sobre el crecimiento global, un 3.1%, el más bajo desde el 2009. «Pero sí que es verdad que el prolongado período de expansión monetaria en las economías avanzadas ha llevado a crear bolsas de inestabilidad financiera», particularmente en los emergentes.

Esas preocupaciones las comparte la Reserva Federal. Según se desprende de las minutas de su reunión de septiembre, publicadas ayer, el banco que preside Janet Yellen decidió posponer la subida de tipos por las inquietudes que genera la desaceleración de China y el impacto potencial que podría tener en otras economías. Dos factores que «probablemente deprimirían las exportaciones netas de EE UU» y revalorizarían el dólar, empujando a la baja la inflación, según la opinión de la FED.

APOYO A CHINA

APOYO A CHINALagarde también habló de la situación china durante la rueda de prensa que ofreció para marcar el inicio formal de la Asamblea Anual del FMI en Lima (Perú). La economista francesa dio su respaldo a la transición china de un modelo basado en las exportaciones masivas y proyectos de capital a otro centrado en el consumo y restó importancia a su desaceleración. «Es una buena transición», dijo tras recordar sus analistas prevén un crecimiento del 6.8% para este año. Eso no quita que vaya a haber «baches en el camino, no se puede hacer una transición sin volatilidad». Y para poner un ejemplo mencionó la devaluación del yuan y las abruptas caídas en las bolsas chinas del pasado agosto.

En cualquier caso, la máxima responsable del FMI, reconoció que el ritmo actual de crecimiento no bastará para reducir el desempleo y la pobreza global. «Mi mensaje a los que toman las decisiones es que apliquen la receta de la cocina peruana: que se fijen en las mejores prácticas y actualicen sus políticas para fortalecer el crecimiento».