La supervisión internacional

España se somete al examen extra que el FMI hará al G-20

Salgado comparece ante la prensa para explicar la cumbre del G-20, ayer en Seúl.

Salgado comparece ante la prensa para explicar la cumbre del G-20, ayer en Seúl.

PILAR SANTOS
SEÚL ENVIADA ESPECIAL

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El Gobierno español someterá sus políticas económicas a un nuevo escrutinio que el Fondo Monetario Internacional (FMI) hará a los miembros del G-20, las economías más ricas y emergentes del planeta. España, invitada a las cinco cumbres celebradas desde que estalló la crisis, no forma parte del grupo oficialmente, aunque ha consolidado su presencia y la vicepresidenta económica, Elena Salgado, anunció ayer que el Ejecutivo ha decidido participar en este examen. El Gobierno da por hecho que España se ha ganado ya su presencia futura en este foro global, configurando lo que Salgado empezó a llamar G-21.

En las conclusiones de hoy, segundo y último día de la cumbre, se añadirá un anexo con las fichas de cada país en las que se mostrarán los datos sobre su sistema fiscal, financiero y las reformas estructurales llevadas a cabo (en el caso español, se tratará de las del mercado laboral y el mercado de bienes y servicios, entre otras).

NO HABRÁ SANCIONES / Esas fichas, realizadas por cada país miembro, serán revisadas por el FMI, que realizará algunas recomendaciones. Salgado no explicó ayer la regularidad de esos exámenes ni cuándo empezarán, datos que se esperan conocer hoy. Lo que sí dijo es que no se prevé que el G-20 sancione a los países que no cumplan con las advertencias del organismo.

En este caso, esas recomendaciones, que el FMI ya viene haciendo a cada país de manera singular, cumplirán una máxima: comprobar que las políticas decididas en cada Estado no perjudican al resto de países. Todo para lograr el «marco para un crecimiento sólido, sostenible y equilibrado», una frase que se repite sin cesar en las reuniones del G-20.

El FMI es uno de los protagonistas de la cumbre. Los dirigentes del G-20 bendecirán la nueva composición del organismo, en el que España ha dado «un paso histórico», según el Gobierno, al incrementar su cuota de participación en el capital hasta el 2% (seis décimas más de lo que tenía), cifra que le hace saltar dos puestos, del 15º al 13º.

El Ejecutivo español venía reclamando este aumento de poder en el seno del FMI desde hace años, un peso que se ajusta más al que tiene su economía. «Ha sido un año clave para España», afirmó la vicepresidenta económica, que recordó que este año también se ganó cuota en el Banco Mundial.

CENA DE TRABAJO / La cumbre empezó anoche en Seúl con una cena de trabajo que duró dos horas y media, una más de lo previsto. En el acto participó Zapatero a solas, sin la presencia de asesores. Según Salgado, el jefe del Ejecutivo no tomó la palabra.

Antes de la cena, el presidente español saludó al presidente de EEUU, Barack Obama, con quien estuvo hablando unos cinco minutos. Según explicó Salgado, ambos dirigentes analizaron los resultados de las recientes elecciones legislativas en el país norteamericano y las repercusiones que la derrota demócrata puede tener en las próximas decisiones económicas de la Casa Blanca y «en el marco de cooperación» que supone el G-20.

SALUDO A LULA / A la conversación se unió, dijo Salgado, el presidente de Brasil, Luiz Inácio, Lula, da Silva. Tanto Obama como Zapatero resaltaron el «importante papel de Lula» en el nuevo papel internacional que está desarrollando Brasil como país emergente.

Lula ha asistido a la cumbre acompañado por la presidenta electa de Brasil, Dilma Rousseff, quien ganó a José Serra en los comicios del pasado 31 de octubre.