LA JORNADA DE LIGA

El Girona acaricia las posiciones europeas

Un tempranero gol de Stuani derriba la oposición de otro recién ascendido, el Getafe (1-0)

Stuani celebra el gol ante el Getafe.

Stuani celebra el gol ante el Getafe. / periodico

Jordi Danés

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El Girona sigue haciendo historia en su primera temporada en Primera División. El equipo de Pablo Machín se ha situado muy cerca de la zona de clasificación para los torneos europeos tras conseguir otra meritoria victoria, en este caso en Montilivi ante el Getafe (1-0), con un gol tempranero de su artillero, el uruguayo Christian Stuani, en el minuto 5, a centro del lateral izquierdo Mojica. Se trata ya del noveno gol de Stuani en el Girona, donde se ha confirmado como un goleador experto y letal.

El conjunto gerundense ha desplegado un buen juego ante otro recién ascendido, el Getafe, aunque el conjunto madrileño ya tenía experiencia previa en la máxima categoría del fútbol español. El Girona ha conseguido en esta ocasión gestionar el resultado a favor hasta el final y ha conseguido su segunda victoria consecutiva (tras ganar el pasado lunes al Espanyol en El Cornellà-El Prat) y, de paso, quitarse el regusto que dejo su última derrota en casa, cuando el Alavés de Abelardo logró remontar el 2-0 hasta el 2-3 final.

Con esta victoria, la sexta en Primera, el Girona se sitúa con 23 puntos y en el séptimo puesto en la Liga, por lo que entra de lleno en la lucha para la clasificación para un torneo continental, en este caso la Liga Europa. Asimismo, se aleja decisivamente de la zona de descenso (su primer objetivo, no hay que olvidarlo, es salvar la categoría), que ya queda  de momento a 11 puntos, a la espera de lo que haga este lunes el Málaga en su partido en casa ante el Betis.

Aburrida primera parte

A un punto de Europa y con un colchón mínimo de 10 puntos sobre el descenso. La realidad del Girona tras 16 jornadas de liga dibuja un panorama idílico para un equipo que en 87 años de existencia no había pisado nunca la Primera División y que está dispuesto a no perder esta plaza en la élite, entre la 'crême de la crême'. Se deshizo del Getafe con el noveno gol en la liga de Cristhian Stuani y los rojiblancos ya suman 23 puntos cuando todavía faltan tres partidos (Eibar, Valencia y Las Palmas) para llegar al ecuador del campeonato. Son ya más, por ejemplo, que el Granada (20) y el Osasuna (22) en toda la temporada pasada.

El equipo de Pablo Machín sigue sorprendiendo con un altísimo nivel competitivo, sea quien sea el rival, sea cual sea el escenario. El Getafe le planteó un partido feo y bronco, y el Girona se adaptó también a este hábitat. Tuvo también la fortuna que desde el minuto 5 jugó a favor de marcador cuando Stuani remató de cabeza de manera impecable un centro con la derecha de Mojica. El 1-0, todavía con 85 minutos por delante, no era garantía de nada porque hace tan solo 15 días no lo fue un 2-0 contra el colista a 20 minutos del final. Pero esta vez el Girona demostró que tenía la lección muy bien aprendida.

Los primeros 45 minutos fueron como una gripe. Parecieron más de una hora de lo mala que fue la primera parte. El Getafe priorizó que Aleix Garcia y Àlex Granell no conectaran con Borja García ni Portu ni Stuani. Los madrileños se salieron con la suya, pero se empeñaron tanto en destruir que tampoco tuvieron tiempo para construir. No hubo cuatro pases seguidos. Apenas se pisaron las áreas. Las ocasiones brillaron por su ausencia. La estrategia tampoco fue un argumento para hacer daño. El silbato de Undiano enviando los equipos al vestuario en el descanso fue casi un alivio, sobre todo para los espectadores.

El Getafe, sin espacios

Era evidente que si alguien debía arriesgar, éste era el Getafe. Maniatar al rival era un buen guion con el 0-0, pero no con el 1-0. Bordalás tardó todavía 20 minutos a dar entrada a Gaku y Montero para refrescar las bandas e intentar explotar los centros laterales. Los visitantes, sin embargo, no supieron encontrar espacios entre dos líneas muy juntas en las que el Girona acumuló nueve y a veces hasta diez jugadores. De hecho, cuando Borja García pidió el cambio por lesión con media hora aún por delante, Machín apuntaló la defensa con la entrada de Bernardo y colocó a Timor en el centro del campo para dificultar más si cabe los intentos de ataque visitantes.

El Girona acabó disfrazándose de Getafe y haciendo lo mejor que saben hacer los equipos de Bordalás: cortar el partido con faltas y faltitas, robar segundos al cronómetro... Sin continuidad, el Getafe no tuvo ideas; y sin ideas, los visitantes se desquiciaron. Acumularon tarjetas y acentuaron las protestas mientras el Girona iba a lo suyo, que no era otra cosa que guardar como oro el 1-0 de Stuani del minuto 5. Fueron 87 minutos (89 con los cuatro de descuento) de futbol muy insulso, pero también una victoria de un altísimo valor.