El Calderón ya hierve contra el Barça

Juanfran Torres, el lateral internacional del Atlético, no deja de darle vueltas a la honradez de su reacción, mejor dicho a su falta de reacción, cuando Luis Suárez le agredió con una patada sin balón que no alcanzó plenamente su objetivo.No se tiró, no se revolvió e incluso aceptó con deportividad el amago de disculpa del goleador uruguayo, que le pasó amigablemente la mano por la espalda después de tomar aire, consciente de que acababa de librarse de ser expulsado a causa de la ceguera de Felix Brych y sus ayudantes.

Ocurrió tres minutos antes de que Fernando Torres dejara al Atlético con diez tras ver la segunda tarjeta amarilla, con 0-1 en el marcador, y a la vista de lo que ocurrió después los rojiblancos no han dudado en señalar la descontrolada acción del atacante barcelonista como la más decisiva el partido, junto con la expulsión del 'Niño'. Juanfran mantuvo la calma y es probable que alguno de sus compañeros, si no el propio Simeone, le reprochara después de falta de picardía.

Le resultó imposible seguir calmado al lateral colchonero una vez finalizado el partido, pero tampoco hizo lo que Filipe Luis, objeto de una segunda agresión de Suárez, que se explayó contra el árbitro, implicó a la UEFA y se arriesga ahora a ser sancionado por el comité de control y disciplina de la organización.

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"Vaya robo", se limitó a decir Juanfran a su paso por la zona mixta del Camp Nou, sin detenerse ante los periodistas, a los que únicamente miró de reojo mientras apretaba el paso hacia la salida. Menos mal, porque el Atlético se arriesgaba a quedarse sin sus dos laterales para el partido de vuelta, teniendo en cuenta la amenaza de suspensión que se cierne sobre Filipe después de calificar como "lamentable" la actuación del árbitro alemán, de deslizar que "el Barça está protegido y tiene mucha fuerza", de apuntar que duele mucho comprobar que al Atlético se le penaliza "con mucho rigor y se nota que hay un temblor a ver eliminado al Barça".

Todo eso antes de incidir en que "esto hace daño a la UEFA". Ahora puede verse en la misma tesitura que Didier Drogba, José Mourinho , sancionados en distinta medida en su día por críticas a los colegiados de turno, casualmente siempre tras enfrentamientos con el equipo azulgrana: cuatro partidos al delantero costamarfileño en el 2009 tras un partido en Stamford Bridge, cinco al técnico portugués en el 2011 después de un encuentro de ida de semifinaleas de Champions en el Bernabéu y dos al entrenador chileno en el 2014 tras poner en duda la imparcialidad del árbitro en el 0-2 en la ida de los octavos.

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El consejero elegado del Atlético, Miguel Ángel Gil Marín, se cuidó mucho de nombrar al órgano rector del fútbol europeo, pero no dejó de apuntar a una mano negra en sus censuras al colegiado. "El Barça no necesita este tipo de ayudas. Cosas como las de esta noche nos quitan la ilusión de poder competir en igualdad de condiciones. El esfuerzo que merece este equipo no merece algo así", declaró el dirigente rojiblanco, que, como hace habitualmente, no se quedó en Barcelona a ver el partido.

"Rummenige quiere unas semifinales entre los que él cree que mandan y terminará consiguiéndolo. El fútbol no es patrimonio de los ocho grandes clubs de Europa. El fútbol es de todos y debe ser así", añadió Gill Marín, quien exigió las mismas reglas del juego para todos: "Si lo de Torres es expulsión, eben aplicar el mismo criterio con Suárez... El fútbol no puede ser la dictadura de los más grandes".

El equipo, los dirigentes y la masa social rojiblanca han encontrado, pese a todo, numerosos aliados en el Madrid. Ahí está la apreciación del exjugador blanco Guti, que mostró su desagradable sorpresa en las redes sociales por el arbitraje de Brych. "Jajajajaja, esto ya huele muy mal", escribió en un tuit poco después de la expulsión de Torres.