El 'escarabajo' de Gabo

Miles de personas esperaban la llegada de Ramón Hoyos, en los años 50, cuando ganó la Vuelta a Colombia en cinco ocasiones con 38 victorias de etapa.

Miles de personas esperaban la llegada de Ramón Hoyos, en los años 50, cuando ganó la Vuelta a Colombia en cinco ocasiones con 38 victorias de etapa.

SERGI LÓPEZ-EGEA / BARCELONA

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Tan grande fue la fama de Ramón Hoyos (1932-2014) en la Colombia de los años 50 que el diario El Espectador encargó a su mejor redactor que, en 14 capítulos por entregas, contase la vida del primer gran ciclista del país, fallecido este miércoles, y que llenaba carreteras, a veces caminos maltrechos, con miles y miles de admiradores. Y el periodista que tuvo la misión en 1955 de explicar en primera persona, como si de una autobiografía se tratara, la vida del primer escarabajo no fue otro que el futuro premio Nobel Gabriel García Márquez.

 «Me llamo Ramón porque así se llamaba el padre de mi padre. Nací el 26 de mayo de 1932 en la arisca fracción de La Cuchilla, municipio de Marinilla, en el rancho de mi abuela paterna. Allí vivieron mis padres, Antonio y María Jesús, hasta poco después de mi nacimiento. Luego compraron un rancho, con un huerto y un corral para los cerdos, y se dedicaron a sembrar plátanos y maíz».

Así empezaba el relato que Gabo dedicó a Hoyos, ganador de cinco ediciones de la Vuelta a Colombia, con 38 victorias de etapa, y que ya era una leyenda cuando García Márquez pasó días y días hablando con él mientras se hacían amigos. En las entregas se contaban no solo las gestas deportivas sino detalles de la vida del corredor que al final del capítulo requerían una «nota del redactor». En una de ellas, García Márquez explicó por qué Hoyos fue bautizado como el primer escarabajo de la historia.

«El redactor deportivo de El Tiempo, Jorge Enrique Buitrago, 'Mirón', recuerda que cuando subía al páramo Ramón Hoyos tenía 'una rara apariencia de animal'. El cronista no pudo precisar, en su precipitud, el nombre del animal. Pero decidió bautizarlo, por la manera de correr, encorvado sobre la bicicleta: El Escarabajo. En la actualidad, Hoyos es conocido en todos los círculos deportivos y en la prensa como El Escarabajo. Pero Mirón admite que se equivocó: 'En realidad estaba pensando en el saltamontes'». Hoyos fue el primer escarabajoLucho Herrera el primero que dio el salto internacional y Nairo Quintana el primero de la estirpe que está llamado a ganar el Tour... en el 2015.

«Siempre he sido muy enfermizo. Y cada vez que voy a participar en una competencia, mi salud me pone a dudar de mis probabilidades. Y en los comienzos, cuando no era una afección al estómago o la forunculosis, eran los tambores de mi maltrecha bicicleta». Los comienzos de Hoyos fueron complicados.

EL PRIMER GRAN TRIUNFO

Sin embargo, El Escarabajo comenzó a cimentar un nombre entre los seguidores colombianos… y, cómo no, con las aficionadas. Nota del redactor García Márquez: «Probablemente ningún colombiano ha aparecido en los periódicos, en tan poco tiempo, retratado con tantas mujeres como Ramón Hoyos en sus tres años de victorias. '¿Quién es esta?', se le preguntó en cada hoja. Y el campeón siempre tuvo una respuesta. 'Una amiga'. Fue imposible obtener el nombre de ninguna mujer que aparece en los retratos».

Mucha más fama obtuvo cuando ganó por fin la Vuelta a Colombia. Así reflejó la victoria Hoyos con el alma de Gabo: «No olvidaré nunca mi entrada a Bogotá como triunfador absoluto en la tercera Vuelta a Colombia. Fue una victoria emocionante. Pero, poco después, cuando abandoné el velódromo, recibí mi primera decepción. Piedras y palos me saludaron a la salida del velódromo. Yo sabía, mientras me abría pasó a través de la multitud, que la camioneta no estaba lejos. Podía verla por encima de la muchedumbre vociferante que me golpeaba, mientras yo trataba de abrirme paso y de defenderme con la bicicleta».

Cuando ya se había convertido en el primer deportista del país, su madre y su hermana murieron en un accidente. «Nunca me ha gustado el alcohol. Pero esa noche, mientras se velaban los cadáveres, tomé aguardiente antioqueño. No sé por qué lo hacía, pero sé que me sentía mejor, todavía embotado, sin un claro sentido de la realidad. Entonces me desmoralicé por completo. Fumaba sin medida. Bebía cada vez que tenía oportunidad y abandoné por completo mi régimen deportivo. No quería saber nada más de la bicicleta».

Hoyos volvió a ganar. «Hoy me siento más en forma», García Márquez lo animó en el último capítulo. Hasta los 80 no hubo un pedalista colombiano que le hiciera sombra. El miércoles se paró su corazón y Colombia lloró su muerte.