Alves y Messi dejan a 'Mou' sin capacidad de reacción

A los 18 minutos, Guardiola desarrolló un cambio fundamental, una modificación táctica que supuso una mutación total del guión del partido. Del 4-3-3 de salida se pasó a un 3-4-3 con dos retoques fundamentales: la ubicación de Alves como extremo y la libertad de movimientos para Messi. El lateral brasileño avanzó su posición y se convirtió en un extremo en toda regla, con mucha capacidad de llegada y centros medidos. Esa modificación convirtió a Puyol en uno de los hombres decisivos del encuentro. El capitán estuvo extraordinario en la labor defensiva. Ocupó todos los espacios posibles y cerró con llave su banda. Nadie pasó por allí. Espectacular.

Alexis siguió fijando a los centrales, mientras Marcelo -pendiente de Alves- continuó prolongando uno de sus partidos más defensivos con la camiseta blanca. No hubo noticias de él. Apenas pasó del centro del campo, algo impensable en cualquier partido con aspiraciones de victoria para el cuadro blanco.

La ubicación de Alves de extremo devolvió a Messi a su ecosistema favorito, con libertad de movimientos en la mediapunta. El astro argentino se convirtió en un martirio para los blancos. Bajó a por el balón a la altura de Xavi y Busquets. Y cuando Leo tiene el balón, el rival tiembla. Y si se asocia con Cesc e Iniesta todo es mucho más fácil. Recuperado el balón, el Barça volvió a ser el Barça de las grandes ocasiones, un equipo indestructible que acarició el balón sin errores. Mourinho, mientras, asistió al espectáculo sin remedio. El luso fue incapaz de encontrar un antídoto al cambio táctico de Pep.