DEGRADACIÓN DEL VECINDARIO

El Raval sale a la calle para exigir medidas contra los narcopisos

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Guillem Sànchez / Barcelona

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La lluvia de este sábado no ha logrado boicotear una manifestación que los vecinos del Raval llevaban semanas preparando con mimo. Personas que hasta poco ni siquiera se conocían pero que han tenido que ponerse de acuerdo porque sufren el mismo mal: los narcopisos.

La plaga de domicilios ocupados por traficantes de droga -incluso de heroína- han llenado sus escaleras comunitarias de jeringuillas, heces, orín o basura. La movilización de esta tarde tenía que ser la puesta de largo de una protesta que enloquecerá si sigue sin tomarse seriamente. 

Con la que estaba cayendo al mediodía, parecía que la manifestación corría peligro. Sin embargo, a la hora acordada, las 18.00 en la plaza de Ramalleres, frente a la sede del distrito de Ciutat Vella, casi todos estaban allí. Con paraguas y con plásticos para los altavoces, pero no faltaba casi nadie. "¡Empecemos ya! ¡Que nos oigan!".

Más de 300 vecinos del Raval han desfilado en una manifestación acuñada con el explícito lema de 'Traficants foteu el camp'. La marcha ha recorrido algunos de los puntos más calientes del vecindario. Calles como las de En Roig o Riereta, que son también los lugares en los que arrancaron las caceroladas. Desde hace casi cos meses, cada noche a las 22.00 horas los vecinos golpean utensilios de cocina con el objetivo de armar un ruido que no puedan desoír ni el Ayuntamiento de Barcelona ni el Govern de la Generalitat.

“Ni en los años 80”

“Lo que está pasando en el Raval no ocurría ni durante la década de los 80", ha subrayado Alba, portavoz de la zona de Sant Gil. "El barrio está ahora más degradado que nunca", ha coincidido Lluís, en representación de En RoigJudith, de Riereta, ha puesto el foco en "las constantes peleas" que se desencadenan entre traficantes y toxicómanos. Enfrentamientos en los que se blanden "machetes", aclara. Antonio, de Robadors, ha recordado que la convivencia con traficantes "es imposible" y que su presencia empobrece significamente "la actividad comercial" de la zona. "Nos duele la degradación de nuestro barrio", ha lamentado.

Los cinco ponentes de una rueda de prensa previa a la manifestación han conectado la plaga de narcopisos con el éxodo de vecinos provocado por la subida del alquiler. Un encarecimiento ligado a su vez a la proliferación de los pisos turísticos. "Ya casi no queda gente, la vida es imposible con el salvajismo turístico que nos toca soportar cada noche", ha denunciado José Manuel, de Lancaster.

El problema de los narcopisos, posible gracias a los domicilios vacíos que pertenecen en su mayoría a fondos de inversión y de bancos, es complejo. "Sabemos que lo es, pero actuemos de una vez", ha exigido Judith a las autoridades. "Se pasan la pelota" entre administraciones pero lo que tienen que hacer es "buscar soluciones".

El manifiesto leído durante la marcha ha exigido medidas concretas a todos los agentes que desempeñan un papel relevante. A la policía se le pide que no se limite a hacer acto de presencia cuando una ocupación con finalidades delictivas acaba de producirse y "desaloje a los traficantes". A los jueces, que aceleren "la tramitación de órdenes de registro" de narcopisos. A ayuntamiento, ‘conselleria’ y Gobierno español, que legislen para "obligar a ceder a familias los pisos vacíos" y para "atajar los excesos del ocio nocturno y de la industria turística".

En el distrito de Ciutat Vella hay unos 60 narcopisos. La mayoría están ubicados en el Raval. El fenómeno se ha extendido durante los últimos meses. Es una infección peligrosa porque ha devuelto la heroína a la calle. Los vecinos han lanzado este sábado oficialmente su llamada de auxilio.