INTERVENCIÓN POLICIAL

Desalojada una casa protegida de Sant Andreu que fue okupada el sábado

La propietaria de Can Millàs, mansión catalogada con el nivel C, tuvo que ausentarse por el fallecimiento de su hija

CRISTINA SAVALL / BARCELONA

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Can Millàs, también conocida como Ca l'Oli, es una casa de Sant Andreu catalogada por su valor patrimonial al nivel C, lo que significa que se trata de un bien urbanísticamente protegido. La mansión fue okupada el pasado sábado por un grupo de jóvenes y desalojada la tarde de este martes por los Mossos d'Esquadra por orden judicial. Cuando los agentes entraron en el interior identificaron a cuatro jóvenes tras sacarlos del edificio.

"No han sido detenidos pero en breve serán citados por el juez. No ha habido incidentes, solo un pequeño grupo de personas que protestaban delante del edificio", ha explicado un portavoz de los Mossos.

La alarma saltó entre los vecinos cercanos al número 212 de la calle Gran de Sant Andreu cuando el sábado presenciaron que los okupas entraban en la casa en ausencia de la dueña, que había tenido que marcharse tras el fallecimiento de su hija.

El ayuntamiento del distrito de Sant Andreu redactó un informe técnico para notificar del incidente a la dueña, ya que tiene que ser la propiedad quien interponga la denuncia. Tras todos los trámites, el juez dictaminó el desalojo del inmueble, que en su interior luce muebles centenarios y frescos en sus paredes con pinturas bucólicas de principios del siglo XX. "Temíamos que fuera saqueada", han comentado unos vecinos.

CONTRA LA ESPECULACIÓN

En la puerta principal, los okupas colgaron durante el fin de semana dos comunicados en los que anunciaban su intención de "convertir" un espacio abandonado en una vivienda. "El inmueble es una mansión señorial entregada a la asquerosa opulencia de, posiblemente, una de las familias más poderosas de la burguesía de Sant Andreu, relacionada con la empresa de servicios inmobiliarios de proximidad Cafur", argumentaba la nota, que proseguía con una dura crítica contra que los precios y requisitos para acceder a una vivienda cada vez son "más elitistas". En el segundo escrito, los okupas advertían de que hasta que un juzgado dispusiera lo contrario se pensaban quedar habitando la casa, que consideraban su domicilio. "Si alguien quiere entrar incurriría en un presunto delito de allanamiento de morada", proseguía el comunicado.

INVENTARIO DE CASAS

Jordi Petit fue el arqueólogo que formó parte del equipo que en el año 2013 realizó el inventario de las casas que, por su valor patrimonial, debían protegerse en la calle Gran de Sant Andreu. "Can Millàs está catalogada y protegida desde hace un año, y también las pinturas de las paredes", ha asegurado Petit. La mansión fue encargada por Joan Millàs, que nació en Sant Andreu de Palomar entre 1814 y 1815. En la segunda mitad del siglo XIX, él y su hijo Josep se dedicaron a la venta de aceite de oliva, negocio que perduró hasta finales de la República. De ahí, que también se la llame Ca l'Oli.

"Después de la guerra civil, la familia Millàs solo utilizó la casa como residencia, aunque aún hoy se mantienen las bocas de acceso a las tinajas para almacenar el aceite. En algunas zonas se conservan las baldosas originales, y en la terraza del primer piso destaca una fuente decorada con motivos florales", ha detallado el arqueólogo.