CIRCULAR MUNICIPAL
Todos los bares y restaurantes de Barcelona ya pueden ofrecer música en vivo
La normativa vigente desde el miércoles reinvindica el valor cultural y social de las actuaciones de pequeño formato
Un mes más tarde de lo anunciado por el Ayuntamiento de Barcelona, entra en vigor desde este miércoles la circular municipal circular que permite a todos los bares y restaurantes de Barcelona programar música en vivo amplificada siempre y cuando respeten unos límites de sonido.
La regulación reconoce el valor cultural y social de las actuaciones en directo y de pequeño formato, pero a su vez busca garantizar el derecho al descanso de los vecinos imponiendo una serie de normas horarias que no permiten esta actividad si el sonido llega a los dormitorios vecinos con más de 30 decibelios hasta las 11 de la noche y más de 25 decibelios pasada esa hora. No obstante, hay zonas de especial saturación de espacios de pública concurrencia en Ciutat Vella, Gràcia, Eixample y Sants-Montjuïc donde la actividad musical deberá finalizar a las 11 de la noche.
El conjunto de medidas para favorecer la música en vivo ha sido la propuesta de cultura más votada en el proceso participativo del PAM, impulsado por Decidim Barcelona. En un próximo futuro se convocará una mesa de mediación en posibles conflictos en la que participarán profesionales del ámbito de la cultura, el urbanismo y la ecología, y representantes de los distritos, de las asociaciones de vecinos, de la Guardia Urbana y de entidades y asociaciones del sector musical. Otro propósito del Institut de Cultura de Barcelona (Icub) es crear la categoría de Espai de Música Viva para reconocer públicamente la labor cultural que emprenden estos locales.
MÁS ALLÁ DE LAS SALAS DE CONCIERTOS
La modificación amplía unas licencias que hasta ahora se ceñían a bares musicales, a salas de conciertos y a salas de baile o discotecas. Para estudiar el impacto sonoro y ayudar a adecuar el aislamiento acústico necesario, el Icub convocará antes de verano una línea de subvenciones de 400.000 euros, que hasta ahora estaba destinada en exclusiva a las salas de concierto. En caso de que sea necesario se deberán realizar obras de insonorización e instalar limitadores y registros de sonido para controlar los decibelios.
La circular nace tras una larga reivindicación del sector que quiere situar a Barcelona en el mapa de las ciudades europeas emblemáticas que amparan las actuaciones en pequeños locales, como Londres y Ámsterdam. El permiso al que prodrán acceder bares, restaurantes y cafeterías dependerá del cumplimiento de normativas relativas a medidas de seguridad, horarios y aislamiento acústico, como mínimo para una emisión de 95 decibelios. Otros requerimientos son que las ventanas y las puertas del local permanezcan cerradas durante la actuación, que las puertas sean dobles y con cierre hermético, e informar con un cartel en la entrada del nivel sonoro del interior.
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