CITAS MULTITUDINARIAS

Barcelona está a reventar por la suma de la final de Copa y el Primavera Sound

Turismo juvenil de vacaciones en Barcelona, en la pasarela del Maremagnum, ayer.

Turismo juvenil de vacaciones en Barcelona, en la pasarela del Maremagnum, ayer.

PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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Estaba cantado que mayo iba a traer lluvia de divisas a Barcelona a golpe de acontecimientos internacionales, como el reciente campeonato de F-1. Pero el siempre animado mes vivirá imprevistos récords gracias al tremendo tirón del fútbol, que el día 30 enfrentará al Barça con el Athletic de Bilbao en la final de la Copa del Rey. La suma de forofos del balón y adictos a los ritmos del Primavera Sound (del 28 al 30) ha hecho que a una semana de su celebración el alojamiento barcelonés ya esté casi hasta la bandera y entre las pocas camas disponibles se manejen cifras que van de los 300 a los 2.000 euros (la mayoría en torno a los 1.000), recordando a lo que sucede con el congreso mundial de telefonía móvil.

Mayo siempre funciona en el ámbito turístico, por la confluencia de celebraciones y montajes de periodicidad anual y por el primer gran desembarco de turistas vacacionales del año. El azar ha querido que este año se sume el fútbol, y la pasión de los hinchas rojiblancos ha hecho el resto, ya que se espera que lleguen al menos 80.000, la mayoría de ellos sin entrada. Coincidir con el Primavera Sound es casual, pero eleva las cifras a la enésima potencia. El año pasado el festival ya tuvo un impacto de 95 millones de euros en la capital catalana, generando 130.000 pernoctaciones y 27.800 trayectos de avión. Los foráneos venidos para la ocasión se dejaron 780 euros de media. Sumando fútbol y música, la previsión es de alto impacto sobre todo para el alojamiento y la restauración, pero también en cierta medida para el comercio. El Gremi de Restauració prevé un incremento en la facturación de bares y restaurantes del 25% al 50%.

Negocio

Muchos bilbaínos llegan sin entrada y compartirán nervios pegados a las pantallas de televisor de los bares, como infinidad de culés que busquen ambiente y no quieran quedarse en el salón de su casa. Estos y los restaurantes informales serán los más beneficiados. En cambio, es posible que otros establecimientos tradicionales pinchen la noche del sábado, porque el partido es en plena hora de la cena.

En el macroportal de reservas Booking, la ocupación de alojamiento era ayer del 97% esa noche. Apenas 60 establecimientos disponibles de entre 2.273 ofertados. Había variedad de tipología, pero precios disparados, cuatro estrellas bastante céntricos a 919 euros la noche, o 756, o 1.100..., pero también una pensión en Ciutat Vella a 1.400 euros la noche, una cama en una residencia salesiana a 800, un apartamento dúplex en Sants a 1.900, y hasta últimas plazas en un hotel gay a 629 euros. Según la patronal Apartur, la ocupación en pisos turísticos supera ya el 90%. En el portal de reservas Airbnb, esponsor del Primavera Sound, señalan que este mayo sus reservas han crecido el 60% por la variada confluencia de deporte, ferias y otros montajes. Una dinámica cada vez mayor en la ciudad como ya informó este diario el pasado día 9. En el caso del festival musical, la estancia media de los viajeros ronda los cinco días, dedicados al ocio.

'Vamos a soñar' el himno compuesto para la ocasión por el Athletic como homenaje a su afición, servirá de sintonía para la marcha hacia Barcelona de al menos 80.000 hinchas, 34.000 con entrada en mano, otros con esperanza de conseguirla y el resto a la aventura de vivir un 'milagro', informa desde Bilbao Igor Santamaría.

Saturadas las agencias de viajes desde que se conoció la sede de la final de Copa, y pese al regusto amargo de cantidad de socios disgustados por dirimir el partido en feudo 'enemigo', el viernes 29 por la noche transformarán la autopista en una peregrinación festiva. La marcha culminará, ya en la capital catalana, con la marea bilbaína dispuesta en el Athletic Hiria zona fan, junto a la plaza de Espanya, en la avenida de Maria Cristina, que desemboca en la fuente de Montjuïc.

Como guinda, el buen tiempo ha multiplicado el imán de Barcelona como destino de fin de semana y playa, con locales abarrotados sobre todo en el litoral, como si de pleno verano se tratara.