viviendas infrahumanas en la capital catalana

Barcelona anuncia ahora un plan integral contra las barracas

Barracas situadas en un solar de la calle de Llull, entre las de Zamora y Joan d'Àustria, el pasado 1 de marzo.

Barracas situadas en un solar de la calle de Llull, entre las de Zamora y Joan d'Àustria, el pasado 1 de marzo.

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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Los asentamientos de barracas, unas infraviviendas en aumento en Barcelona especialmente en el 22@ y sus alrededores del distrito de Sant Martí como denunció a principios de mes este diario, constituyen un problema social complejo que el ayuntamiento ha decidido ahora abordar de forma integral. El gobierno de CiU se comprometió ayer, tras una pregunta del PSC y una petición de ICV-EUiA, a elaborar antes de seis meses un plan para actuar de forma coordinada desde las cinco tenencias de alcaldía sobre la población itinerante que vive en solares entre chatarra, maderas y basura.

La teniente de alcalde Maite Fandos anunció en la comisión de Calidad de Vida que un grupo de trabajo impulsará medidas para tratar el problema de las chabolas y de sus moradores desde todos los ámbitos: seguridad, atención social, urbanismo, escolarización de menores, inserción laboral. «Será un verdadero trabajo transversal en el que hace falta la implicación de todos, porque este no es un fenómeno nuevo, sino que se arrastra desde hace muchos años», manifestó.

119 FAMILIAS / La responsable municipal añadió que esta actuación «reforzará la que ya realiza el Servicio de Atención Social a la Población Itinerante creado en el 2005». Según Fandos, el servicio está especializado en atender a los gitanos portugueses de los que hay 459 localizados en un total de 14 asentamientos, 11 concentrados en Sant Martí, y pertenecientes a 119 familias. De estas personas, se atiende a 357, el 78%. Entre otras acciones, se actúa en la escolarización de 112 menores de 3 a 16 años, incluidos seis en centros de educación especial, y en 26 pequeños que acuden a guarderías. Los integrantes de 37 de las familias, dijo la teniente de alcalde, son beneficiarios de la renta mínima de inserción.

Fandos no se refirió, sin embargo, en su respuesta a los dos grupos de izquierda (en el gobierno hasta hace solo 10 meses), al más de medio millar de extranjeros (de 150 a 190 rumanos y unos 400 senegaleses y de otros países subsaharianos) que se suman a los gitanos galaicoportugueses. Estos grupos sobreviven en viejas fábricas y locales ocupados o en pisos patera gracias también a la recogida de chatarra de los contenedores de basura de toda la ciudad.

El caso de estos centenares de africanos es bien distinto ya que en numerosos casos no tienen papeles ni posibilidad de obtenerlos y tampoco pueden volver a sus países de origen. De este modo viven atrapados en la marginalidad, en una especie de limbo legal y vital, aunque reciben el apoyo de entidades vecinales y de oenegés. Este era el caso de las decenas de personas que hasta finales del 2011 ocupaban desde hacía años, y en unas condiciones de gran precariedad, una enorme nave de la calle de Badajoz, en pleno 22@. Después del desalojo que realizaron los Mossos tras un proceso judicial se han dispersado por otras zonas de Sant Martí, como los bloques del Besòs y el Maresme.