Análisis

Preciado regalo

Emilio Pérez de Rozas

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Cuando uno escupe al cielo corre el riesgo de que el escupitajo le caiga, tarde o temprano, en su nariz. Y eso fue lo que le ocurrió anoche al bocazas de José Mourinho. «No sé cuántos puntos va a tener que hacer el Real Madrid para quitarle la Liga al Barça, sobre todo, principalmente, si algunos equipos que juegan contra ellos les regalan el partido, piensan que no pueden ganar y meten el segundo equipo a jugar. Si eso pasa muchas veces será mucho más difícil para nosotros».

Mou, que ha mejorado sensiblemente al Madrid, ha mejorado aún más al Barça, pues sus declaraciones, su chulería, sus retos, sus desplantes y las de los suyos («el Barça es una moda que pasará», dijo Casillas; «veremos si nos meten ocho el lunes», les retó CR7), su estilo provocador, incluso el desprecio que sintió antes de viajar a Barcelona («nadie regresará a casa llorando», llegó a comentar y puede que esta vez alguna lagrimita sí debería de soltar el portugués tras semejante ridículo), hizo que la jauría, la manada de Pep Guardiola, saliese dispuesto a demostrar, una vez más -y van cinco (el noi de Sant-

pedor también lleva un 5-0 ante el Madrid, con un parcial de 15-2), que el Barça es el mejor del mundo, Messi está a mil años luz de Ronaldo (que volvió a borrarse en otro encuentro importante), Xavi e Iniesta, Iniesta y Xavi se merecen compartir el Balón de Oro y, lo siento por Mou, pero aquel que no le metía un gol a nadie, es decir, David Villa, le metió dos.

Es evidente que a Florentino Pérez, gran amigo, íntimo amigo, del presidente azulgrana Sandro Rosell, ya solo le queda por contratar a Guardiola pues, tal vez, tal vez, con Mou tampoco tendrá suficiente para salir del hoyo. Y es que, tras despreciar a aquellos que le ganaron, el año pasado, por 2-0 y 2-6, olvidaron que, hasta pisar el Camp Nou, la lista de rivales era esta: Mallorca, Osasuna, Real Sociedad, Espanyol, Levante, Deportivo, Málaga, Racing, Hércules, Atlético de Madrid, Sporting y Athletic.

No escribiré sobre la forma de perder del Real Madrid. Y no lo haré porque estuvo a la altura del comportamiento de Mou desde que llegó a Madrid: barriobajero. Tiene razón Mou: con rivales así, al Barça le será más fácil renovar su cetro. En 464 partidos, Mourinho nunca había encajado una manita. Preciado regalo.