A las 22:30 horas

Chicote, al rescate de un hostelero de vocación al que le pierden los nervios en 'Pesadilla en la cocina'

La llegada del chef pondrá sobre la mesa otras posibles razones por las que el negocio no funciona

Alberto Chicote en 'Pesadilla en la cocina'

Alberto Chicote en 'Pesadilla en la cocina' / ATRESMEDIA TELEVISIÓN

Redacción Yotele

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laSexta emite esta noche, a las 22:30 horas, una nueva entrega de 'Pesadilla en la cocina'. Alberto Chicote se desplaza hasta Humanes (Madrid) para afrontar la misión de reflotar ‘La Fortaleza’ y, sobre todo, echar una mano a su dueño, al que tendrá que calmar sus explosiones de ira y enseñar a organizarse mejor para no acabar con la paciencia de sus empleados y de sus clientes. 

Alberto Chicote responde a la llamada de socorro de Óscar, un curtido hostelero de gran vocación, cuyo negocio –‘La Fortaleza’- arrastra las consecuencias de la pandemia con deudas y falta de clientes. Pero la llegada del chef pondrá sobre la mesa otras posibles razones por las que el negocio no funciona. Y es que los nervios de Óscar, su pésima gestión de la presión, la falta de organización y, en ocasiones, sus malos modos amenazan la buena marcha del restaurante. 

Con una larguísima trayectoria en bares y restaurantes, Óscar abrió ‘La Fortaleza’ en 2019 con la esperanza de hacer realidad el sueño de tener su propio negocio hostelero, en el que sus padres invirtieron todos sus ahorros. Un negocio en el que llegó a tener catorce empleados que en la actualidad se han visto reducidos a dos.

A pesar de denominarse cervecería, ‘La Fortaleza’ es un restaurante de carnes y eso se presta a confusión. Además, la carta se toma licencias con respecto a platos típicos y las croquetas, supuestamente caseras, no lo son. Pero, sin duda, el gran obstáculo para la buena marcha del restaurante reside en la pésima organización derivada del nerviosismo de su dueño, Óscar. Su motivación no está en duda pero su habilidad para gestionar la presión se ve superada, dando lugar a malas formas, fallos organizativos, lágrimas de los empleados y desafección de los clientes. Además, el propietario se empeña en hacerlo todo, ralentizando el trabajo de los demás y dificultando su fluidez.

Paciencia, educación, confianza, respeto y templanza serán las insignias que Alberto Chicote le otorgue a Óscar al inicio de la jornada. Su objetivo será mantenerlas al finalizar el servicio. Porque sólo si el dueño consigue calmar sus enfados, rebajar la tensión en la cocina y autocontrolarse su negocio tendrá una nueva oportunidad para salir a flote y convertirse en el sueño de toda su vida.