"ERAN BOMBAS DE RELOJERÍA"

Carme Chaparro y su indignación ante la actitud de unos "niñatos" en un tren: "Eran bombas de relojería andantes"

La periodista cuenta en un artículo un episodio que vivió en un tren con chavales que no llevaban la mascarilla puesta, tiraban cosas al suelo y hablaban a gritos

Carme Chaparro

Carme Chaparro / CUATRO

Redacción Yotele

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La falta de concienciación entre las personas más jóvenes sobre el coronavirus sigue estando muy presente en un momento en el que los contagios siguen aumentando. Una testigo de esta circunstancia fue Carme Chaparro, que ha mostrado su indignación ante el comportamiento de un grupo de 15 "niñatos" durante un viaje: "Eran bombas de relojería andante".

"Ninguno de ellos llevaba puesta la mascarilla. Bueno, la llevaban, pero en el cuello. Así que, para el caso como, si nada. Una pareja de ancianos sentada a mi lado me miró con miedo. No hizo falta que me dijeran nada. Eran personas de riesgo. Si alguno de esos adolescentes en pleno estallido hormonal tenía la Covid y les contagiaba, iban a pasarlo muy mal. Y en un tren cerrado, con tan poco espacio y sin ventilación, un enfermo sin mascarilla podía convertirse en un peligro mortal", asegura la periodista en un post publicado en Yahoo Noticias.

La conductora de 'Mujeres al poder' (Cuatro) relató que este grupo también hablaron a gritos en el vagón, tiraron papales y comida al suelo seguidos de comentarios como "que lo recoja la que limpia" y se levantaban de sus asientos para sentarse en otros: "¿Qué podíamos hacer el resto de pasajeros? Estábamos en minoría. Podíamos haberles dijo algo pero, al menos a mí, me dio miedo. Eran muchos".

"¿Qué podemos hacer los ciudadanos en casos así? Sólo bajar la cabeza y marcharnos. Pero de aquel tren no podíamos irnos. ¿Teníamos que asumir el riesgo? No había más opción que esa. No podemos pedir héroes. Ni intentar serlo nosotros. Pero los brotes empiezan así. Los muertos empiezan así. Con niñatos maleducados como los del tren. Con personas inconscientes. Con gente olvidadiza", continúa Chaparro.

"No es un verano normal. Pero nos hemos olvidado. Es fácil meterte en la burbuja y olvidarte de los meses de confinamiento, de los muertos, de los que aún siguen muriendo, de los sanitarios que se juegan la vida, del hundimiento económico del país. Yo misma a veces tengo que volver a casa porque me he olvidado la mascarilla. El cerebro no puede con tanto horror y nos protege dándonos una falsa sensación de seguridad", concluye.