Medio Ambiente

Adolescentes de Viladecans miden cerca de 1.300 árboles para cuantificar el dióxido de carbono que almacenan

Un proyecto de la UPC calcula la captura de CO2 para ayudar a las ciudades a alcanzar la neutralidad contaminante

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Una alumna de 2º de ESO en Viladecans mide un árbol con el móvil para saber la cantidad de dióxido de carbono en el marco de un estudio de la UPC.

Una alumna de 2º de ESO en Viladecans mide un árbol con el móvil para saber la cantidad de dióxido de carbono en el marco de un estudio de la UPC. / Gemma Sánchez / ACN

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Cerca de 700 alumnos de entre 6º de Primaria y 2º de la ESO de Viladecans (Baix Llobregat) han medido este jueves 14 de marzo unos 1.300 árboles de la ciudad para cuantificar el dióxido de carbono que almacenan.

La actividad se enmarca en el proyecto 'Co-Carbon Trees Measurements' del campus Baix Llobregat de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), desde el que se quiere identificar cuál es el potencial del arbolado urbano a la hora de capturar CO2 en contraposición a los gases contaminantes que existen en el municipio. 

De esta forma, la intención es que las ciudades puedan encaminar sus políticas hacia la neutralidad contaminante, que Viladecans se propone alcanzar en 2030. La actividad de este jueves se repetirá el próximo año para ver si los árboles han crecido y si ha evolucionado el almacenamiento de CO2.

Datos extrapolables

Repartidos en pequeños grupos, el alumnado se ha desplegado por el parque de la Torre Roja para medir los más de mil árboles que existen en este espacio de Viladecans, en el marco de una actividad que la UPC plantea como acción de 'ciencia ciudadana'. Los 1.300 árboles estudiados representan una pequeña parte de los más de 20.000 ejemplares que existen en la ciudad, pero desde el consistorio y la UPC destacan que es una muestra representativa que permitirá obtener datos extrapolables para conocer la capacidad de almacenamiento de CO2 de todo el arbolado.

Con metros y móviles en mano, los chicos y chicas de entre 12 y 14 años han seguido unas tablas distribuidas por la UPC para medir el diámetro de los troncos a 1,37 metros del suelo. Haciendo unos cálculos utilizando el número pi –coincidiendo en el día mundial de esta cifra–, han podido saber el volumen que ocupa cada árbol. Con este dato, y en base a unas ecuaciones matemáticas ya preestablecidas, se podrá saber cuál es la cantidad de CO2 que tienen.

"Hay muchos estudios sobre cuánto CO2 emite una ciudad, pero nunca sabemos cuánto captura a través de elementos como el arbolado", ha destacado el rector de la UPC en el campus Baix Llobregat, Josep Yúfera, que ha resaltado que la comparación con los datos dentro de un año “debe permitir tener una orientación para saber si se está actuando correctamente en la lucha contra el cambio climático o si se necesitan más acciones”.

Mejor planificación

Desde el Ayuntamiento de Viladecans, el concejal de Promoción de la Ciencia y al mismo tiempo profesor de la UPC, Jordi Mazón, celebra que podrán planificar mejor las acciones en la ciudad para reducir o contrarrestar las emisiones de CO2 para alcanzar la neutralidad en 2030 Mazón ha recordado que la Unión Europea ha fijado en 2050 como año para conseguir esta compensación, pero que Viladecans es una de las poco más de 100 ciudades del continente que se han comprometido a llegar veinte años antes.

Las especies analizadas este jueves han sido sobre todo plataneros, almeces y melias, que son las predominantes en Viladecans. Mazón ha recordado que el almacenamiento de dióxido de carbono varía en función de la especie, pero también de la climatología, por lo que “en épocas de sequía se captura menos CO2, mientras que en un contexto de humedad hay más captura de gases”. Por este motivo, considera que replicar la experiencia de Viladecans en otras ciudades permitiría afinar los resultados para saber realmente qué papel juega el arbolado frente a las emisiones contaminantes.

Desde los centros participantes, el profesorado ha visto la actividad como una "propuesta interesante" y al mismo tiempo "muy ambiciosa". Desde el IES Torre Roja, el profesor de matemáticas Marcel Joan celebra que el alumnado pueda realizar este descubrimiento del entorno poniendo en práctica conceptos como el número pi y, al mismo tiempo, tenga la ocasión de “tomar conciencia” de la importancia que tienen los árboles en el entorno urbano. 

"Es una actividad que va más allá del apartado meramente académico", ha resaltado, agradeciendo que los jóvenes puedan "tocar otras vertientes que son muy importantes que aprendan".

Entre los participantes de 2º de ESO consultados, ha predominado la satisfacción ante una actividad que se sale del día a día en las aulas, con la que han podido experimentar en un espacio natural. "Es interesante poder saber si hacen falta más árboles para reducir la contaminación de la ciudad", ha apuntado Neus Roman, alumna del IES Torre Roja, que ha considerado que la actividad ha sido "fácil" y se ha mostrado con ganas de repetirla el próximo año para saber cómo crecen los árboles del entorno de su centro.

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