Un litoral al límite

Los temporales de octubre arrebataron hasta 40 metros de arena a las playas del área de Barcelona

Desde la AMB advierten de que las afectaciones producidas este otoño de 2023 "no tienen precedentes"

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AMB

Àlex Rebollo

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Alertaba hace poco más de un año el Gerente del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), Ramon Torra, que muchas playas cercanas a la capital catalana corrían el riesgo de desaparecer en los próximos años. Los últimos temporales que este otoño han vuelto a azotar al litoral barcelonés no han hecho sino reforzar esta tendencia. Y es que, tal y como ha informado la AMB este viernes 24 de noviembre, las tormentas de los últimos meses han llevado a que las playas metropolitanas perdiesen entre 20 y 40 metros de ancho en tan sólo un mes.

Además, esta reducción de superficie ha ido acompañada de una gran reducción de volumen, dado que en la mayoría de estos casos el mar se ha llevado arena y se ha producido un talud de entre dos y tres metros de altura. Este es el resultado principal del informe de seguimiento que el AMB hace mensualmente sobre el registro de anchura de todas las playas metropolitanas.

Tal y como señala la administración metropolitana, las pérdidas de ancho más graves se han producido en las playas de las Barques de Montgat y en la Nova Mar Bella de Barcelona. “Se trata de afectaciones sin precedentes”, advierte Dani Palacios, jefe del Servicio de Playas de la AMB. En el caso de Montgat, es el peor escenario que afronta el arenal desde que se construyó el espigón en 1980, y en cuanto a la playa de la Nova Mar Bella, desde que se hizo la playa en 1992.

“En Montgat hemos medido retrocesos de hasta 50 metros en algunos puntos, lo que ha afectado a muchos equipamientos, pero no solo en Montgat. En Badalona también ha ocurrido en la playa del Coco o del Pont del Petroli, donde los retrocesos han sido de unos 30 metros, o en la playa del Litoral de Sant Adrià del Besòs han sido de más de 40 metros”, ha explicado Palacios. Aunque en la zona sur, los retrocesos han sido, en general menores, también se han registrado pérdidas de hasta 40 metros en algunos puntos de la playa del Remolar de Viladecans.

Un futuro incierto para las playas

Los responsables de la AMB señalan siempre como uno de los principales motivos de la regresión de la arena a la “artificialización” de la costa. La construcción de los puertos y otras infraestructuras que se han producido a lo largo de las últimas décadas han provocado “una alteración en la dinámica litoral” y que las playas ya no recuperen de forma autónoma la arena perdida tras los temporales, como sí ocurría años atrás.

A esta situación, no obstante, hay que añadir todas aquellas consecuencias derivadas del cambio climático, como los temporales, que dificultan aún más la recuperación de las costas metropolitanas y catalanas. De hecho, un informe de la Generalitat publicado en 2021 ya remarcaba que la previsión más favorable es que en el año 2035 "solo un 54% de las playas actuales [de Catalunya] cumplan las condiciones de anchura necesaria para proveer servicios de ocio".

Hasta ahora, las aportaciones extraordinarias arena se han mantenido como una actuación habitual para salvar las playas, aunque sea durante la temporada veraniega. Sin embargo, las distintas administraciones implicadas saben que esta es una medida temporal, pero que no resuelve el problema de calado que afrontan las playas. El mismo informe de la Generalitat ya determinaba que añadir nueva arena a las costas es "insostenible a largo plazo y tiene unos costes económicos ambientales elevados y crecientes". De hecho, Mireia Boya, directora general de Canvi Climàtic de la Generalitat, ya cuestionaba en abril de este mismo año el futuro de las playas: "La pérdida de arena será la dinámica natural en muchos lugares. El nivel del mar subirá y tendremos playas más cortas. Otras playas más pequeñas ganarán arena y algunas desaparecerán".

La sequía, un problema añadido

El incremento de la frecuencia de los temporales en este caso, junto con la “fragilidad de las playas”, implica un aumento de “fluctuaciones repentinas de la anchura, que hacen más vulnerables estos espacios naturales”, añaden desde la AMB. El informe se ha realizado comparando las medidas de anchura de las playas hechas con GPS en dos momentos diferentes: mediados de octubre y entre el 6 y el 15 de noviembre, para captar la sacudida que han dejado los temporales.

“Es de esperar que parte de esta pérdida de anchura se pueda regenerar de forma natural gracias a la dinámica del fondo marino del litoral catalán, con flujo de noreste a suroeste que va transportando los sedimentos de las desembocaduras de los ríos”, dicen desde la administración metropolitana. Sin embargo, la situación extrema de sequía también implica un menor aporte natural de sedimentos en el mar debido a la disminución de los caudales del Llobregat, Besòs y Tordera.

El jefe del Servicio de Playas de la AMB pronostica que la recuperación natural de la pendiente y la anchura de las playas podría ser "más lenta de lo habitual". "Nos enfrentamos a cambios repentinos (como en este caso) derivados del cambio climático, lo que hace más difícil prever su evolución y planificar las actuaciones en playas", apunta.