El Estado Islámico amenaza con provocar "pronto" un "océano de sangre" en Rusia

La psicosis de un atentado de grandes proporciones crece en el país y la vigilancia se hade más ostentible en el metro moscovita

MARC MARGINEDAS / MOSCÚ

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"Pronto, muy pronto, la sangre se derramará como un océano". Esta es la amenaza dirigida a Rusia y vertida en un vídeo difundido este jueves por Al Hayat Media Center, el altavoz de Estado Islámico (EI) en lengua extranjera. Aunque no es la primera ocasión en que la milicia ultrarradical advierte a la Federación Rusa, sí es probablemente la ocasión en que más explícitamente el grupo armado amenaza a este país con provocar una tragedia de vastas proporciones, y sucede poco más de un mes después de que el Kremlin hubiera iniciado una campaña de bombardeos aéreos en Siria para apuntalar al régimen de Bashar al Asad. 

Crece la piscosis de un atentado de grandes proporciones en Rusia. Hace 10 días, un Airbus A-321 con 224 pasajeros a bordo se desintegró en el aire al poco de despegar del aeropuerto de Sharm al Sheij, en la península del Sinaí, y aunque las autoridades de Moscú no han confirmado oficialmente que se tratara de un atentado, han suspendido todos los vuelos de compañías rusas con destino a ese país.Investigadores y servicios secretos occidentales sospechan que pudo ser una bomba, colocada por Al Wilayat al SinaiAl Wilayat al Sinai, la sección local de EI en la zona, que se atribuyó el atentado. 

Miembros del Consejo de la Federación (Senado) han solicitado este jueves, según la agencia Ria Novosti, que la prohibición se haga extensible a países como Turquía o Túnez, también sacudidos por los periódicos golpes del EI y destinos favoritos de los turistas rusos, al igual que Egipto. Además, las autoridades se han encargado de explicitar que la suspensión de vuelos al país del Nilo, que está obligando a repatriar de forma accidentada a los cerca de 80.000 ciudadanos rusos que se encontraban allí no será una medida temporal, sino que permanecerá vigente durante largo tiempo.

 En los pasillos del metro moscovita, particularmente en las horas punta, la presencia de vigilantes se ha hecho en los últimos días más ostensible.