Consejos prácticos

Así funciona la regla del 85% para lograr el éxito en la vida

Elimina las canas y recupera tu color original en solo 3 días con este truco infalible

La forma más sencilla y eficaz de limpiar los rieles de la ventana

Persona trabajando feliz

Persona trabajando feliz / 123RF

Eduardo Calle

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Más no siempre es sinónimo de mejor. En muchos aspectos de la vida, dosificar el esfuerzo puede convertirse en la mejor de las opciones a medio o largo plazo. Ámbitos como el ejercicio físico o el trabajo no tienen por qué exigirnos el máximo en todo momento, sino que está en nuestras manos la gestión de la energía que dedicamos a cada actividad.

Lo que sostiene la regla del 85 %, cada vez más extendida entre los usuarios, no es desconectar completamente de una tarea, de la misma manera que tampoco implica destinar toda nuestra dedicación a su resolución. Lo que este principio sostiene es que rendimos mejor cuando nos hallamos en un estado de relajación y fluidez que nos permita mantener cierta constancia a lo largo de todo un cometido.

Algo parecido sucede en disciplinas como el atletismo, donde es mejor mantener un ritmo constante pero no demasiado alto para no decaer hacia el final de una carrera, así como tampoco es aconsejable empezar sin apenas ritmo porque esa desventaja puede terminar por ser irrecuperable.

Prioridades y límites

Con tal de conseguir ejecutar este truco de la mejor manera, el portal Simalco recoge algunas recomendaciones. Primero, y nunca mejor dicho, aconseja establecer prioridades, identificando la tarea o partes de la misma más importantes, que requieren mayor dedicación, y reservando un 15 % de la energía a aquellas etapas cruciales. Esto, a su vez, te permitirá formarte una idea de la actividad y gestionar el tiempo de la manera más efectiva.

Asimismo, el citado medio insta a evitar el perfeccionismo excesivo –que puede llevar a un agotamiento innecesario–, priorizando el autocuidado y estableciendo límites dentro del trabajo. Por último, también llama a la práctica de la gestión del estrés y al aprendizaje de cara a saber decir no. También se destaca el hecho de realizar un seguimiento y aplicar los ajustes necesarios (mayor o menor esfuerzo) al planteamiento inicial, adaptándose así a la evolución del cometido.