Precariedad

Hot bedding | la desesperada opción de alquiler de los jóvenes sin recursos

Los jóvenes no se pueden emancipar hasta los 30,3 años: deben dedicar el 84% del sueldo al alquiler

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Una mujer descansa en la cama

Una mujer descansa en la cama

El Periódico

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Comprarse una casa o alquilar un piso (sin compartir) se ha convertido para los jóvenes en un lujo al que no todos pueden acceder. La precariedad laboral, sumado a la subida de precios de las viviendas y alimentación han dejado esa opción a solo unos privilegiados.

La escasez de muchos jóvenes les ha obligado a emplear estrategias a la desesperada. Ya no es que se comparta piso o habitación, algunos incluso comparten cama para poder pagar sus gastos. Esta fue la propuesta de Monique Jeremiah, una joven australiana, durante los meses de pandemia. Con su futuro en el aire, alquilaba su habitación por 600 dólares.

La idea del 'hot bedding' es que compartas la cama, aunque no en el mismo momento. Lo ideal sería emplear esta estrategia entre una persona que trabaja por las noches y otra que trabaja por las mañanas. Ambos dormirían en el mismo lugar pero en distintos momentos del día.

Pero no siempre es así. La misma Monique defiende que es la alternativa "perfecta" para aquellos que se sientan solos, y no dispongan de mucho dinero en su cuenta bancaria. "Es excelente para las personas que pueden desconectarse emocionalmente y dormir junto a otra persona de una manera completamente respetuosa y sin ataduras", confiesa a Caters News.

La historia de esta joven australiana no es la de todos. Ella pudo utilizar el dinero para montar meses después una agencia de modelos lejos de los estándares marcados por la sociedad y aspirar a una vida con mejores condiciones. Pero no es el caso de todos los que aceptan esta forma de vida porque no pueden acceder a ninguna otra.