Limpieza

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Una fregona

Una fregona

M. R.

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Entre las diversas tareas domésticas, una que realizamos casi a diario es la limpieza del suelo. Sin duda, los suelos del baño y la cocina deben lavarse con mucha frecuencia. Quizá en el salón, el recibidor y el dormitorio, también podamos lavar el suelo algunas veces menos. Antes de lavarlo, es importante eliminar todos los restos de polvo, utilizando una escoba clásica o una aspiradora. Después, llenamos un cubo con agua y detergente y procedemos a fregar las superficies del suelo con la fregona mojada en nuestra solución de lavado. Podemos encontrar muchos limpiadores de suelos diferentes en el mercado.

Los más tradicionalistas utilizan simplemente alcohol o amoniaco. Pero también existen otras alternativas muy eficaces, como soluciones naturales, baratas y muy versátiles. En este artículo, sin embargo, no nos centraremos tanto en los detergentes para la limpieza de suelos, sino más bien en la herramienta que utilizamos, la fregona.

Mantenimiento de la fregona

Para conseguir excelentes resultados y no tener halos, en primer lugar, la propia fregona debe estar bien limpia. Pero, ¿cómo higienizarla? ¿Con qué frecuencia hay que cambiarla? ¿Y qué podemos hacer para mantenerla blanca y agradablemente perfumada? En las siguientes líneas daremos respuestas sencillas a todas estas preguntas.

Para lavar la fregona eficazmente, sumérjala en un cubo de agua tibia en el que habremos disuelto 2 cucharadas de bicarbonato de sodio. Esperar unas dos horas y aclarar hasta que el agua quede limpia y transparente. Otra buena alternativa es remojar con vinagre. En este caso, por cada litro de agua, utiliza una taza de vinagre. Esta vez, sin embargo, el tiempo de remojo se reduce a 30 minutos. Si quieres obtener un resultado desengrasante e higienizante muy eficaz, puedes mezclar los 2 métodos que acabamos de describir.

A continuación, remoja durante media hora en agua y vinagre, y añade 2 cucharadas soperas de bicarbonato de sodio. Como ya se ha mencionado, también es posible lavar la fregona en la lavadora. En este caso, ponga en el lavabo un vaso del detergente líquido que utilizamos normalmente para la colada, más un vaso de vinagre rojo. Este último servirá para higienizar tanto la fregona como el propio aparato. Inicie un ciclo de lavado a una temperatura de al menos 60 grados. Acabamos de ver cómo lavar la fregona a mano y en la lavadora. Pero vayamos más allá y exploremos el tema de forma más específica.

El color blanco da una sensación de limpieza inmediata. En el caso de la fregona, si además de limpiarla e higienizarla queremos que vuelva a estar bonita y blanca, veamos cómo proceder. Sumérgela en un recipiente con agua mezclada con el zumo de 2 limones. Déjalo en remojo durante una hora y luego acláralo. El limón también contrarresta los malos olores. Por último, para darle una fragancia agradable, añade un par de gotas de aceite esencial al agua y al limón. El perfecto es el de árbol de té, que también tiene una función antibacteriana. Pero también son muy buenas las fragancias cítricas como el limón, la naranja, la bergamota o el pomelo. Como también lo son las frescas de menta, eucalipto y brisa marina.