Consecuencias nefastas

Por qué no es buena idea ponerle un cascabel a tu gato

Un gato con un cascabel

Un gato con un cascabel

Lola Gutiérrez

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No es descabellado que te plantees ponerle un cascabel a tu gato. De hecho, hay hasta un dicho que habla de ello. Pero, como en el dicho -que se utiliza para describir una acción difícil o que requiere de valentía-, no es una buena idea.

Puede parecerlo, porque es bonito un minino con un collar acabado en bolita que hace ruido cuando se acerca. Además, cumple otra función menos romántica: los gatos son felinos con instinto cazador, un instinto que no abandonan nunca y que siempre está latente en ellos.

Es por ello por lo que no pocas veces tu gato te llevará a casa alguna presa a la que haya conseguido dar caza, sobre todo pájaros que se crucen en su trayectoria.

Alerta a las presas

Y ahí es donde el cascabel cumple su función: como alerta para que las pobres aves no caigan en las fauces de tu lindo gatito.

Sin embargo, la idea de colocarles un cascabel no es en absoluto buena. Ello se debe a que los gatos tienen el sentido del oído muy desarrollado y captan frecuencias imperceptibles para los humanos, llegando a oír ultrasonidos de hasta 50.000 Hz (30.000 Hz más que nosotros). Con ese sentido tan desarrollado, el cascabel les puede generar estrés y nerviosismo, amén de que puede acarrearles algún tipo de disfunción auditiva que acabe degenerando incluso en sordera.

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