Jesús Revuelto - Doctor en ciencias climáticas del Instituto Pirenaico de Ecología-CSIC

"En los Pirineos la nieve antes duraba hasta mayo y ahora solo hasta abril"

El calentamiento favorecerá el crecimiento de bosques en cumbres donde ahora solo hay pastos

Jesús Revuelto, investigando en plena montaña

Jesús Revuelto, investigando en plena montaña / MA

Verónica Pavés

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El cambio climático en los Pirineos está provocando que la capa de nieve se derrita aproximadamente un mes antes, que los árboles crezcan a más altura y esté ‘adelgazando’ el permafrost, es decir, la cobertura helada del suelo. Uno de las consecuencias será una aportación de agua del deshielo en periodos diferentes al actual y el crecimiento de bosques en cotas donde ahora no los hay.

¿Cómo está afectando el calentamiento global a los Pirineos?

Al tratarse de una zona de montaña, los cambios inducidos por el calentamiento global se observan de manera acelerada o con un incremento más marcado. En los Pirineos podemos corroborar que los glaciares, aunque son muy pequeños y llevan 200 años reduciendo su espesor, en los últimos 40 años este descenso ha sido más marcado.

¿Y en qué estado se encuentra la capa de nieve?

Lo que ocurre con la nieve es que tenemos mucha variabilidad. En un año hay muchísima nieve y en el siguiente, muy poca. Por tanto, es muy difícil ver los cambios. Lo que sí que está ocurriendo es que el manto de nieve desaparece antes, ya no dura tantos meses. Hace un tiempo, el manto nevado podía quedarse hasta finales de mayo en extensión muy relevante; a día de hoy esta extensión disminuye mucho antes, a finales de abril.

¿Esto ocurre porque se derrite más rápido o por la falta de precipitación en forma de nieve?

Si hablamos de tendencias climáticas, no observamos grandes cambios en precipitación, pero sí en temperatura. La temperatura, sobre todo en primavera o verano, se incrementa de una manera más marcada. De este modo, aunque acumulemos cantidades similares de nieve, al producirse temperaturas más elevadas antes de tiempo, la nieve va a desaparecer antes. Estaría más ligado al incremento térmico que a una tendencia de precipitación. Hay años en los que nieva mucho y otros en los que nieva poco, pero esto nos pasaba también hace 50 años.

"El manto de nieve desaparece ya antes por el calentamiento"

"El manto de nieve desaparece ya antes por el calentamiento" / MA

En Los Alpes, por ejemplo, aunque se esperan más precipitaciones, se producirán menos en forma de nieve, ¿se espera que esto ocurra en los Pirineos también?

Sí, eso es lo que nos muestran los escenarios de cambio climático en relación a los Pirineos. En un futuro, aunque la temperatura en invierno no notará un incremento tan marcado como en verano o en primavera, las nevadas llegarán más tarde y terminarán más pronto. Si a esto le añadimos que durante la época cálida hará más calor, el resultado es que la cobertura de nieve va a durar menos y, por lo tanto, los pastos de montaña y alta montaña van a tener más tiempo de exposición a la radiación solar y a la temperatura, por tanto, podrán crecer más.

En otras zonas de alta montaña, como en el Teide, lo que ven claramente los científicos es un aumento de las temperaturas nocturnas, ¿ustedes ven una tendencia similar?

En zonas urbanas sí pueden observarse esas noches tropicales, pero en zonas de montaña nos encontramos con otra particularidad de cara a estudiarlas y es que mientras otros lugares cuentan con registros del clima de hasta 100 o 80 años, en zonas de montaña es difícil que vaya más allá de los años 80, y sobre todo si estamos a más altura. Por tanto, no podemos saber muy bien si realmente estamos teniendo un incremento de noches cálidas o de la tendencia global del clima.

Hay varios impactos referidos para el ecosistema de los Pirineos, ¿alguno de ellos se puede ver ya?

En los Pirineos lo que vemos es que gradualmente en los últimos años los árboles van colonizando zonas más altas. Los matorrales están llegando a zonas donde antes solo había pastos, porque hay una mejor temperatura y no hay nieve; y con el tiempo darán lugar a un bosque. Eso es un cambio reseñable para el ecosistema, porque los bosques también demandan agua. La masa forestal provocará que parte de la precipitación no revierta en los cursos fluviales, sino en el propio bosque.

Otro de los impactos que resalta un reciente estudio realizado sobre los Alpes en Suiza es la pérdida de abastecimiento de agua en el futuro.

En el valle del Ebro, por ejemplo, se cuenta con un aumento del agua entre mayo y junio porque se va a fundir de la nieve. Al acortarse el periodo en que tenemos disponible la nieve, quizás se vaya a fundir en marzo o abril, eso quiere decir que el agua que teníamos disponible para un periodo del año de más calor, lo tendremos mucho antes. Esto nos va a obligar a aprender a gestionar unos cauces fluviales con características diferentes.

"Los matorrales están llegando a zonas donde antes solo había pastos, porque hay una mejor temperatura y no hay nieve; y con el tiempo darán lugar a un bosque"

Su equipo de investigación ha encontrado evidencias de que en Pirineos también hay permafrost, ¿qué significa y qué riesgos entraña que se derrita?

Sí, en algunas zonas del Pirineo hay permafrost (suelos helados) en las zonas más nevadas. Normalmente, la nieve lo protege de la radiación solar y de los incrementos de temperatura, pero, si tenemos menos nieve, el permafrost quedará expuesto antes al calor del verano e irá desapareciendo.

¿Y qué consecuencias puede tener?

En el Pirineo su desaparición no entraña una consecuencia de gran peso salvo para las personas que puedan estar en las inmediaciones. Sin embargo en otras zonas del planeta, como Siberia, donde el permafrost configura todos los suelos, se produce una desestabilización del terreno donde hay zonas con carreteras y edificaciones. También en estas zonas, donde el permafrost ocupa una extensión relevante, se pueden liberar gases a la atmósfera. En nuestras latitudes la peor consecuencia es la desestabilización de ciertas paredes. Esto, en una vía de escalada, puede tener problemas de seguridad y si hubiese alguien escalando esta pared, su vida correría peligro.