Lluvias irregulares

El agua nos pasa de largo: ¿cuándo lloverá en Barcelona y el resto de Catalunya?

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Chubasco en Badalona y Sant Adrià del Besòs

Chubasco en Badalona y Sant Adrià del Besòs / ALFONS PUERTAS / OBSERVATORI FABRA / RACAB

Ángel Guerrero

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Las últimas perturbaciones, ya sea en forma de borrasca con nombre o de frentes fríos o calientes están causando lluvias en buena parte de la península Ibérica. Comunidades como Galicia y otras zonas del Cantábrico están batiendo récords de agua acumulada durante lo que llevamos de otoño.

Pero el agua parece pasar de largo sobre Catalunya, que apenas ha recibido ligeros chubascos en las últimas semanas. Solo las comarcas pirenaicas ha registrado precipitaciones o nevadas de cierta consideración.

Esta falta de lluvias ha provocado una situación excepcional de sequía en Catalunya, que se enfrenta a un déficit hídrico sin precedentes. Los expertos señalan dos factores que explicarían por qué la lluvia parece huir de Catalunya. El primero de ellos es que los frentes, al cruzar la península, van perdiendo fuerza y llegan muy desgastados al territorio catalán. Es por ello que suelen descargar básicamente en las comarcas noroccidentales y pirenaicas. Curiosamente, esos mismos frentse que apenas han causado lluvia en Catalunya suelen recargarse con el calor del Mediterráneo y vuelven a descargar con fuerza en la costa occidental de Italia.

El segundo factor que tiene mucha influencia es la denominada dorsal anticiclónica. Se trata de la curva de altas presiones que presiona hacia el norte y evitan el paso de muchas de las bajas presiones provinientes del Atlántico.

Ni a corto ni a largo plazo

Y, mientras tanto, Catalunya sigue esperando ese episodio de lluvias extenso y duradero que no acaba de llegar. El Servei Meteorològic de Catalunya (Meteocat) no da noticias nada esperanzadoras. Según este organismo oficial, a pesar de las últimas precipitaciones en el Pirineo, lloverá por debajo de la media en las dos últimas semanas de noviembre. A corto plazo, seguiremos con la sequía.

¿Y en las previsiones a largo plazo? Aquí tampoco encontramos motivos para la esperanza. Los modelos meteorológicos más fiables apuntan que lloverá más de lo habitual en la fachada occidental europea, que seguirá recibiendo frentes de origen atlántico. En la cuenca mediterránea, en cambio, veremos mucho menos agua de lo normal, incluso en Pirineo occidental.

Decepcionantes perspectivas. El agua seguirá siendo esquiva.