Ciudad de cultura en transformación

Foto del espectáculo Weelchair, del grupo Club de Ball Esportiu Ball Vallès, en Terrassa, este domingo.

Foto del espectáculo Weelchair, del grupo Club de Ball Esportiu Ball Vallès, en Terrassa, este domingo. / periodico

ELISABETH ROURA

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Domingo deFiesta Mayor. Una auténticamañanadeverano. Un sol abrasador. La multitudtrataba de refugiarse en las pocas sombras delRaval de Montserrat. Después de tantos años deexhibicionesde 'castells' en este emblemático espacio, cualquiera sabe que es imposible cruzar la plaza o encontrar un buen sitio si llegas tarde.

Sin embargo, algunas personas, ajenas al esfuerzo y el respeto que necesitan las collas, se dedicaban a quejarse y a criticar. Ni las 'gralles', ni los gritos de los 'caps de colla', ni tampoco la pequeña 'enxaneta' trepando hacia lo más alto parecían suficientes. Faltó silencio y respeto.

Horas después, las tradiciones populares de Fiesta Mayor dejaban paso a una nutrida variedad de conciertos y exhibiciones organizadas por asociaciones de vecinos, escuelas y grupos culturales. El patio de la Masia Freixa acogió las actuaciones de Weelchair, bailes de salón en silla de ruedas, una propuesta emocionante. Lástima que este emblemático edificio modernista sea víctima del incivismo y el descuido, porque vecinos y conocidos acudieron a disfrutar de la actuación de personas con movilidad reducida que han encontrado en el baile una motivación. Sin duda, su tenacidad e ilusión cautivaron.

Del Parc de Sant Jordi, un paseo por los tenderetes de la Rambla, más llena que nunca, persiguiendo el ritmo africano de Seneafrica, que actuaron en la Festa Major Solidària. Lo que solía ser una feria de entidades de cooperación ha sorprendido con una divertida 'gimkana' de Twitter y un concurso Instagram, dos iniciativas de Fiesta Mayor 2.0 que no tuvieron el seguimiento deseado pero dinamizaron una tarde de domingo repleta de propuestas.

Mientras la Plaça Nova se convertía en escenario del mejor folklore extremeño, gallego y aragonés, un espacio menos concurrido se convertía en punto de encuentro de excepción: un pequeño escenario improvisado en el carrer Nou de Sant Pere animaba la segunda Butifarrada sin gluten, una cena que parecía enfocada sólo a celíacos pero acabó por llenar todas las mesas instaladas en las calles contiguas. Bocadillo de butifarra recién hecha, vaso de vino y coca de postre, todo por 5 euros. Una oferta difícil de rechazar si tenemos en cuenta la calidad de la interpretación del dueto de Ana y Alícia, dos miembros del grupo Sense Sal, que dieron rienda suelta a violín, guitarra y ukelele y consiguieron sacar a bailar al público.

La música gratuita es un reclamo común en cualquier Fiesta Mayor y este año Terrassa parece satisfecha. La discomóvil de ayer en el Raval de Montserrat estaba casi desierta, en cambio, se prefieren los escenarios alternativos: pequeños espacios que invierten en música independiente pop, rock y electrónica, aunque su público sea más reducido. Tanto la Casa Baumann como los organizadores del Espai Vapor han articulado una oferta de calidad con los mejores grupos del momento, cediendo espacio también para promocionar conjuntos locales. La propuesta de I+D Indirecte ha transformado la Plaça del Vapor Ventalló en un referente de creación que se ha autopromocionado como la alternativa perfecta para los jóvenes que ya no encuentran su espacio en el desenfreno de El Jove.

Lea la primera y la segunda crónica de Elisabeth Roura sobre la Fiesta Mayor de Terrassa aquí Lea más informaciones de Terrassa en la primerasegunda

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