Reina adolescente

Abierto de EEUU: Coco Gauff se hace grande en Nueva York

A los 19 años, la estadounidense se impone a Sabalenka 2-6, 6-3 y 6-2 y conquista el Abierto de EEUU, su primer grande

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GSE-MTS-SPO-TEN-WTA-2023-US-OPEN-DAY-13 / Al Bello

Idoya Noain

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Estados Unidos ha tenido varias campeonas de tenis adolescentes, incluyendo la reina que luego llegaría a asentarse en el trono mundial y de la historia del deporte; Serena Williams. Este sábado, un nuevo nombre se ha sumado a la lista, llevando al estadio Arthur Ashe, el templo de mayor capacidad del circuito, al delirio : Coco Gauff.

A los 19 años, en su primera final en Nueva York y segunda de Grand Slam tras Roland Garros en 2022, Gauff ha inaugurado su palmarés de grandes en casa, con el Abierto de Estados Unidos. Y lo ha hecho ni más ni menos que imponiéndose 2-6, 6-3 y 6-2 a Aryna Sabalenka, la ganadora este año en Australia y la jugadora que el lunes amanecerá como número 1 del mundo.

Caía al suelo Gauff cuando, en su primera bola de partido, cosechada tras un rally en el que volvía a superar todo lo que le enviaba la bielorrusa, metía un revés cruzado definitivo. Y se arrodillaba, y lloraba, como una niña, como lo que casi es. Atrás quedaban dos horas y seis minutos que no olvidará nunca, el tiempo que tardó en remontar el primer set cedido ante Sabalenka y surcar el camino hasta lo más alto.

No había sido su mejor día sobre la pista. No había mostrado su mejor tenis. Pero había sido suficiente para imponerse a Sabalenka, que en su último encuentro en Indian Wells le había ganado en dos sets (encajándole en el segundo un "donut") pero este sábado ha cedido bajo la arrolladora defensa de Gauff y bajo sus propios errores (46 no forzados) . Y cuando ha contado, Coco ha sido mejor, Coco ha ganado.

Una nueva dimensión

Con el triunfo Gauff, actualmente número 6, despertará también el lunes en el número 3, tres millones de dólares más rica, y en una nueva dimensión. Porque este torneo ha ratificado lo que llevaba augurándose desde que a los 15 años ganó a Venus Williams en Wimbledon y alcanzó cuartos: la promesa de una deportista, campeona junior en Flushing Meadows en 2013, en la que el tenis estadounidense tiene puesta fe y esperanzas.

Su meteórico ascenso ha llegado con la misma velocidad con que recorre la pista. Porque Gauff, que justo antes de Wimbledon empezó a trabajar con el catalán Pere Riba y tras una salida temprana del torneo sumó también a su equipo a Brad Gilbert como asesor, es hoy una de las deportistas más rápidas y en forma del circuito.

Este verano había demostrado que los cambios, que han ido desde mejorar la derecha que era uno de los puntos débiles que explotaban sus rivales hasta decidirse a sonreír más, daban fruto. Y ganó en Washington su primer WTA500 y en Cincinnati su primer WTA 1000. Ahora suma un Grand Slam. Y este sábado tenía un mensaje para quienes dudaron de ella, quienes decían que era un fenómeno inflado. "Si pensaban que estaban apagando mi fuego con agua, solo le estaban echando gasolina", les recordó.

Justicia social

El trabajo de Gauff, hija de deportistas y cuya abuela fue una luchadora por los derechos civiles, y que en los últimos años ha mostrado también madurez abordando abiertamente cuestiones de justicia política y social, ha sido también mental. Ha decidido disfrutar y no dejarse atrapar por la presión. Y en una de las ruedas de prensa que daba en este torneo, explicaba cómo ha sido su evolución.

"Solía pensar cosas negativas, preguntarme por qué había tanta presión, por qué esto es tan duro... Me doy cuenta de que en una forma es presión pero no lo es", aseguró. "Quiero decir...Hay gente que lo pasa mal para alimentar a sus familias, gente que no sabe de dónde va a venir su próxima comida, que tiene que pagar las cuentas. Eso es presión de verdad, eso son dificultades, eso es la vida real. Estoy en una posición muy privilegiada. Me pagan por hacer lo que amo, y se me apoya para hacer lo que amo, y eso es algo que no me tomo por garantizado".

Son un crecimiento y una filosofía que le van a hacer falta. Porque en el Centro Nacional de Tenis Billie Jean King (la tenista que le ha entregado a Gauff el trofeo, y está siendo celebrada en esta edición marcando los 50 años de su triunfo logrando la paridad en los premios a hombres y mujeres), Coco se ha hecho grande. En Nueva York se ha confirmado el nacimiento de una estrella. Y EEUU, especialmente desde la retirada el año pasado de Serena, tenía hambre de reina y la ha encontrado.