EL TORNEO DE ROLAND GARROS

Djokovic pasa de estar grogui a dar un recital

El número 1 que estaba contra las cuerdas al perder los dos primeros sets ante Musetti acabó dando la vuelta al marcador antes de que el italiano se retirara del partido.

Djokovic se lanza al suelo para volear.

Djokovic se lanza al suelo para volear. / Ian Lagdson.

Jaume Pujol-Galceran

Jaume Pujol-Galceran

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Roland Garros sigue dando golpes inesperados. El último lo han protagonizado Novak Djokovic y Lorenzo Musetti en el partido de octavos de final que les enfrentaba y que empezó con el número 1 mundial contra las cuerdas al ceder los dos primeros sets y acabó, tres horas y 8 minutos después, con la retirada del joven tenista italiano tras perder los dos siguientes sets y marcharse de la pista en el tercero con el marcador 6-7 (9), 6-7 (2), 6-1, 6-0 y 4-0. 

Pocos daban crédito del inicio del partido protagonizado por Djokovic ante el talento italiano que, en 2 horas y 20 minutos, puso al número 1 mundial contra las cuerdas, arrebatándole los dos primeros sets en el ‘tie break’. El serbio estaba desconocido. Se movía por la pista sin convicción, lento y encadenaba errores no forzados (35).

Cambio espectacular

Djokovic, acalorado, con gesto de preocupación, se marchaba a los vestuarios para encontrar soluciones a su pájara. Y a la vuelta a la pista el cambio fue espectacular. Si alguien le dio una poción mágica, la aprovechó. Sin gorra, más activo y concentrado, el número 1 mundial impuso su condición de forma implacable a la vuelta. “Me cambié la ropa interior y aproveché para restablecerme mentalmente respirar un poco y volver como nuevo jugador. Jugué como debería haber jugado al principio”, explicó.

El cambio fue espectacular. El tenista serbio se apuntó el tercer set en 24 minutos y cediendo solo un juego. En el siguiente mejoró sin ceder ninguno, en solo 21 minutos, con cuatro juegos en blanco y cediendo solo 4 puntos a Musetti.

El italiano estaba noqueado. No sabía qué había pasado y, después de pedir atención médica, se retiro del partido con 4-0 en contra, argumentando que tenía calambres en la espalda, pero diciendo que lo hizo "por el público". Poco serio.

Djokovic estará el miércoles de nuevo en la centra y otra vez ante un tenista italiano, Matteo Berretini que, tras la retirada de Roger Federer le espera sin haberse desgastado. 

Solo quedará este partido para jugar al gran choque con Rafael Nadal en las semifinales de Roland Garros, si el mallorquín gana a otro talento italiano, Jannik Sinner, este lunes y, el miércoles argentino Diego Schwartzman que se ha clasificado para los cuartos tras vencer al alemán Jean Lenard Struff por 7-6 (11-9), 6-4, y 7-5.