Astronomía

Los astrónomos observan un misterioso glóbulo cometario vagando por el cosmos

Contiene densos cúmulos de gas y polvo en colapso de los cuales nacerán estrellas

Imagen obtenida del glóbulo cometario GN 16.43.7.01.

Imagen obtenida del glóbulo cometario GN 16.43.7.01. / Créditos: Equipo ESO/VPHAS+/CASU.

Pablo Javier Piacente

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Utilizando el Telescopio de rastreo VLT (VST) los científicos han producido una imagen impactante de GN 16.43.7.01, un glóbulo cometario situado a 5.000 años luz de distancia de la Tierra, en la constelación de Escorpio. Se trata de pequeñas y débiles nubes interestelares de gas y polvo cósmico, con una forma similar a la de un cometa.

Un grupo de astrónomos ha empleado el VLT Survey Telescope (VST), alojado en el Observatorio Paranal en Chile y perteneciente al Observatorio Europeo Austral (ESO), para obtener una imagen con una calidad sin precedentes de un extraño glóbulo cometario: la estructura en forma alargada y con cola similar a un cometa es en realidad una gigantesca nube de gas y polvo que atraviesa galaxias, y de la cual en algún momento nacerán nuevas estrellas.

La “Torre oscura”

Denominado técnicamente GN 16.43.7.01 y bautizado como “Torre oscura” por su apariencia, el glóbulo cometario se ubica a unos 5.000 años luz de distancia de nuestro planeta, dentro de la constelación de Escorpio. Según una publicación de ESO, este tipo de estructuras cósmicas no tienen nada que ver con los cometas, solo que al disponer de una cabeza polvorienta y una cola alargada y oscura es imposible no relacionarlos con la tradicional imagen de un cometa.

De acuerdo a un artículo publicado en Sci.news, los glóbulos cometarios son en realidad nubes interestelares de gas y polvo, extremadamente difíciles de detectar. Estos objetos fueron reconocidos por primera vez en 1976, a través de fotografías obtenidas con el Telescopio Schmidt del Reino Unido en Australia. A diferencia de otras nubes interestelares, los glóbulos cometarios son neutros, se encuentran aislados y rodeados por un medio ionizado que alcanza elevadas temperaturas.

Los científicos explicaron que el objeto incluye densos cúmulos de gas y polvo cósmico en colapso, de los cuales surgirán nuevas estrellas. Su misteriosa morfología se origina a partir de un intenso bombardeo de radiación, proveniente de un cúmulo de estrellas jóvenes y brillantes ubicadas en una zona cercana del cosmos. Esta radiación ha “moldeado” al glóbulo cometario, otorgándole su particular forma y el característico brillo rosado de la materia estelar a temperaturas extremas.

Un debate pendiente

Aunque la mayoría de los especialistas creen que los glóbulos cometarios se forman mediante el esquema mencionado previamente, o sea a partir de la acción de los vientos estelares y la radiación ionizante que proviene de estrellas masivas y cercanas, en realidad esta cuestión es aún el centro de intensos debates científicos. Es que otros astrónomos sostienen que los glóbulos cometarios son en realidad nebulosas esféricas cuya formación ha sido interrumpida, obteniendo su llamativa forma a partir de los efectos de la explosión de una supernova ubicada en la misma zona del Universo.

En 2015, ESO también vislumbró otro extraño glóbulo cometario, denominado “La mano de Dios” por su sugerente forma, ubicado a unos 1.300 años luz de la Tierra, en la constelación de Puppis. El nuevo hallazgo es un avance en el objetivo por saber más sobre estas estructuras: para describirlas al detalle, los científicos necesitan verificar con precisión su masa, densidad, temperatura y la velocidad a la que se mueve el material que compone los glóbulos, mediante las líneas espectrales moleculares y su medición.