Astronomía

Algo extraño ocurre en el Cometa Diablo que nos visita durante el eclipse solar de abril

Muestra una cola impresionante y una fuerte espiral de gas alrededor de su núcleo

12P/Pons-Brooks es un cometa periódico con un período orbital de 71 años.

12P/Pons-Brooks es un cometa periódico con un período orbital de 71 años. / Nielander.

Redacción T21

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Un cometa casi tan famoso como el Halley está brillando en el cielo nocturno de la Tierra y podría ser visible durante el eclipse solar total del 8 de abril que tendrá lugar sobre Norteamérica, pero algo extraño parece suceder en su núcleo.

En el vasto escenario del cosmos, un evento astronómico sin precedentes está a punto de desplegarse ante nuestros ojos, fusionando la majestuosidad de un eclipse solar total con la enigmática aparición del Cometa Pons-Brooks, conocido popularmente como el "Cometa Diablo".

Este fenómeno promete cautivar a aficionados y expertos por igual, ofreciendo un espectáculo celestial que combina la oscuridad momentánea del día con el brillo de un visitante cósmico de antiguas leyendas.

El Cometa Diablo, bautizado así por su peculiar apariencia que evoca la imagen de una coma con cuernos, se aproxima a su perihelio el próximo 21 de abril de 2024, coincidiendo de manera casi mística con el eclipse solar total del 8 de abril sobre América del Norte.

Evocando Star Wars

Este cometa, que visita el sistema solar interior cada 71 años, ha despertado un interés particular debido a sus recientes erupciones, que le han otorgado una forma distintiva en forma de C o gancho, recordando a muchos la icónica nave del Millennium Falcon de Star Wars.

Una imagen capturada por el fotógrafo noruego Jan Erik Vallestad ha revelado la magnífica cola del Cometa Diablo, una estela resplandeciente que se despliega en el firmamento como un vestigio luminoso de su paso.

Esta cola, compuesta por polvo y gas arrastrados por la radiación solar al acercarse al sol, añade un toque de magia y misterio a la presencia fugaz de este viajero cósmico.

Polvo y gas

La impresionante cola puede explicarse por su composición y el proceso que experimenta al acercarse al Sol.

Los cometas están compuestos principalmente por hielo, gases y polvo, y cuando se acercan al Sol, la radiación solar provoca que estos elementos se sublimen, creando una cola luminosa que se extiende a lo largo de su órbita.

Esta cola está formada por partículas de polvo y gas arrastradas por el viento solar, lo que genera la característica estela brillante que observamos desde la Tierra.

En el caso específico del Cometa Diablo, su cola probablemente brillará con intensidad durante el clímax del eclipse solar y en su paso cercano a la Tierra.

Cola cromática

Este fenómeno se debe a la interacción entre la radiación solar y los componentes volátiles del cometa, que al sublimarse forman una nube de partículas que reflejan la luz del Sol, creando así la espectacular cola que lo acompaña en su travesía cósmica.

Las imágenes de cielo profundo de Pons-Brooks han revelado que el cometa tiene una cola azul claro y una coma o cabellera exterior verde. Sin embargo, se cree que la espiral de gas rojo alrededor de la coma es causada por los núcleos en rotación del cometa, informa Forbes.

Por lo tanto, la impresionante cola cromática del Cometa Diablo es el resultado de un proceso natural fascinante en el cual los elementos que lo componen reaccionan al calor y la radiación solar al acercarse a nuestra estrella, regalándonos un espectáculo celestial único y cautivador.

Observación novedosa

El cometa alcanzará su brillo máximo alrededor días después del eclipse de abril, cuando se encuentre más cerca del sol, brillando con una magnitud aproximada de 3.0 en la constelación de Tauro.

Sin embargo, su visibilidad podría ser limitada en muchas ubicaciones debido a su baja elevación en el horizonte al atardecer. Después de su perihelio, el cometa se desvanecerá gradualmente, convirtiéndose en un objeto principalmente para observadores del hemisferio sur.

El Cometa Diablo no solo ofrece un espectáculo visual; también representa una oportunidad única para estudiar los componentes primordiales de nuestro sistema solar y la interacción entre el sol y estos cuerpos celestes.

Aunque su órbita no cruza la de la Tierra, eliminando cualquier riesgo de impacto, su presencia durante el eclipse solar total añade un elemento de asombro y anticipación a este evento astronómico ya de por sí emocionante.