Ciencias Planetarias

El rover indio Chandrayaan-3 confirma la presencia de azufre en el polo sur de la Luna

Luego de detectar los primeros elementos jamás identificados en esta parte del satélite, ahora busca hidrógeno y agua congelada

El rover indio explorando la superficie lunar.

El rover indio explorando la superficie lunar. / Crédito: ISRO.

Pablo Javier Piacente

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El instrumento de espectroscopía de descomposición inducida por láser (LIBS), a bordo del rover Chandrayaan-3 de la India, ha realizado las primeras mediciones in situ de la composición elemental de la superficie lunar cerca del polo sur, confirmando sin lugar a ambigüedades la presencia de azufre (S) en esa región, algo que no podía verificarse con los instrumentos a bordo de los orbitadores. También identificó otros elementos de gran importancia, que ampliarán los conocimientos existentes sobre el polo sur lunar, escasamente investigado hasta hoy.

La Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO, según sus siglas en inglés) informó que el rover Chandrayaan-3, que arribó con éxito al polo sur de la Luna este 23 de agosto, ya ha concretado su primer descubrimiento, en solo una semana de trabajo: identificó con total certeza la presencia de azufre (S), un elemento que hasta el momento no había podido ser confirmado con exactitud en esa parte de nuestro único satélite natural.

También hay datos preliminares firmes sobre la presencia de aluminio (Al), calcio (Ca), hierro (Fe), cromo (Cr), titanio (Ti), manganeso (Mn), silicio (Si) y oxígeno (O). Según un comunicado, se está llevando a cabo una investigación exhaustiva para confirmar la presencia de hidrógeno: además, el objetivo primordial es buscar signos de agua congelada, que podría ser crucial para la sostenibilidad de futuras colonias lunares.

Láseres que revelan los secretos de la superficie lunar

Para lograr este hallazgo fue vital el instrumento de espectroscopía de descomposición inducida por láser (LIBS), que Chandrayaan-3 utiliza para llevar adelante sus mediciones. LIBS emplea una técnica que consiste en analizar la composición de diversos materiales exponiéndolos a intensos pulsos de láser. 

¿Cómo funciona? Un pulso láser de alta energía se enfoca sobre la superficie de un material que quiere estudiarse, como por ejemplo una roca. El pulso láser genera un plasma extremadamente caliente y localizado. La luz de plasma recolectada se resuelve espectralmente y se somete a la actividad de distintos detectores. 

Como cada elemento emite un conjunto específico de longitudes de onda de luz cuando está en estado de plasma, produciendo una especie de firma o huella única, se puede determinar de esta forma la composición elemental del material. De esta manera, se logra saber con seguridad qué elementos químicos están presentes en la superficie analizada, como puede ser la roca indicada previamente como ejemplo.

ISRO informa los hallazgos del rover en X (ex-Twitter).

El gran tesoro a descubrir es el agua congelada

Ahora, Chandrayaan-3 pasará las próximas dos semanas utilizando su láser para buscar signos de agua congelada, además de continuar estudiando la superficie de la Luna y su atmósfera. El pequeño vehículo pesa solamente 25,8 kilogramos y posee un tamaño similar al de un perro mediano. La proeza india, que se ha convertido en la primera nación en descender en el polo sur lunar, no es algo aislado: en los próximos días estará lanzando también un satélite científico para estudiar el Sol.

Desde hace mucho tiempo se cree que el polo sur es la zona de la Luna más rica en agua, y que la misma puede encontrarse congelada en diversas zonas, que han conformado múltiples “depósitos” en los cuales el líquido ha quedado encerrado y protegido, como por ejemplo en los cráteres. Su identificación podría ser vital para el desarrollo de las nuevas misiones que están planificando las principales agencias espaciales hacia el satélite.

Es que el agua congelada podría utilizarse para producir oxígeno respirable en futuras bases lunares con presencia humana permanente, a través de un método de división química que separaría al oxígeno del hidrógeno. Además, podría aportar compuestos a emplearse como combustible para cohetes, por ejemplo para enviar misiones a Marte desde la superficie lunar.