'Red Flags', el retrato más fiel de la vida sexual y emocional de la generación Z

En el diccionario de la generación Z, una 'red flag' ('bandera roja', en español) es una señal de alarma que surge en algunas relaciones e indica que algunos comportamientos no son del todo correctos. En la nueva serie de Atresplayer, 'Red Flags' también es un grupo y un espacio seguro para cuatro adolescentes que huyen de las relaciones tóxicas. El drama juvenil, que se estrena este domingo con sus dos primeros episodios, se centra en las vidas sexuales y emocionales de los protagonistas a través de sus vivencias y se convierte en uno de los retratos más fieles de la generación Z en el mundo audiovisual.

Toni (Diego Rey), Érika (Mar Isern), Luna (Iria del Valle) y Walter (Ibrahima Kone) se conocen a través de una red social y se hacen muy amigos. Ese espacio se convierte en un lugar en el que compartir sus miedos, problemas y decepciones con sus recientes experiencias sexuales. Rápidamente se vuelven apoyos fundamentales y juntos atraviesan situaciones que a menudo afectan a los adolescentes. La serie retrata la ansiedad, los trastornos alimenticios y los traumas por relaciones complicadas que viven los más jóvenes.

Protagonistas diferentes

Los cuatro protagonistas debutan en el mundo de la interpretación con sus papeles que representan tres perfiles muy diferentes que atraviesan momentos delicados. "Me siento con mucha responsabilidad por estar explicando lo que estamos explicando. En mi caso, exponer un trastorno de la conducta alimentaria, teniendo en cuenta que ahora están aumentando a una barbaridad", apunta Mar Isern en un encuentro con este diario.

Otro de los actores, Diego Rey, muestra a través de su personaje el sexo no consentido en el mundo homosexual, pero también quiere resaltar "la plumofobia que hay actualmente en la sociedad, que parece que estamos con la mente mucho más abierta, pero simplemente por cómo miras estás juzgando a una persona sin decir nada". El personaje que encarna Ibrahima Kone recibe acoso por parte de sus compañeros de equipo y se enfrenta constantemente al racismo. "Lo bueno también es que los cuatro personajes son testimonios reales y puedes empatizar más, pero está el peso de contarlo bien y que sea delicado", argumenta, por su parte, Iria del Valle. Su personaje se encuentra en una relación tóxica con su pareja en la que ella no consigue disfrutar del sexo.

"En realidad, los cuatro protagonistas, en cualquier otra serie, habrían sido personajes secundarios, y los que ejercen las 'red flags' sobre nosotros serían los principales", expone Del Valle. "Ojalá esta sea la serie que dé el cambio para que empecemos a ser nosotros los protagonistas y poder explicar la realidad con todo tipo de diversidad y problemas. Porque además la vida es así", denuncia Isern.

La salud mental adolescente

La serie muestra la cara más oscura de la adolescencia y los problemas respecto a la salud mental, muchas veces la gran olvidada. "Siempre se muestra a los jóvenes con la fiesta, pero la realidad no es así", apunta Kone. "Nos llaman generación de cristal, pero simplemente estamos visibilizando algo que lleva pasando siempre", explica, por su parte, Del Valle. "A lo mejor tenemos personas de 50 años en nuestro entorno que sufren un TCA, pero nunca lo sabrán porque nunca han ido a terapia. Nosotros estamos un poco más trabajados mentalmente", manifiesta Isern.

El rodaje contó con coordinadoras de intimidad para preparar las escenas sexuales y que se sintieran en un entorno seguro. A pesar de mostrar las relaciones, los actores celebran haberse visto "muy poco sexualizados" en la pantalla, a diferencia de lo que suele ocurrir en muchas otras series adolescentes. "Si no se tiene que ver una teta, no se va a ver, porque no hace falta y no estamos contando eso. No vas a ir con el morbo, sino que vas a ver la cruda realidad", detalla la actriz catalana.

Después de esta primera toma de contacto con 'Red Flags', los cuatro jóvenes encaran con ganas sus próximos pasos en el mundo de la interpretación, una industria complicada en la que aterrizan para aportar frescura, naturalidad y pureza.