La crítica de Monegal: Ahora toca que nos fijemos en Córcega

Resulta que el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, acaba de hacer un gesto, una postura, a fin de conceder a Córcega un cierto grado de autonomía. Las cadenas del telehipódromo estatal no han dedicado ni un segundo a este tema. Seguramente lo consideran un ‘affaire’ pequeño, de exclusivo consumo francés.

En TV3 (‘TN migdia’) en cambio, lo han dado mucho vuelo. Primero en el sumario, como una de las informaciones más importantes del día, y luego, con atención muy cumplida, en el interior. Nos decían «Francia y Córcega han llegado a un acuerdo para que la Constitución francesa reconozca un estatuto de autonomía para la isla». Y yo diría que hasta se conformó un clima de contenida emoción. ¡Ah! En TV3 estos entusiasmos son muy comprensibles y hermosos. Quizá lo que vaya a conseguir Córcega será el 10% de la autonomía que tienen Euskadi y Catalunya, pongamos por ejemplo, pero estoy de acuerdo en que cualquier movimiento descentralizador es motivo de euforia. De modo que ahora TV-3 nos enfoca Córcega, como antes nos enfocaba Escocia, o Quebec, o incluso Eslovenia, aunque con este último país ya les he contado varias veces que tuvieron un disgusto enorme cuando el expresidente Milan Kucan advirtió en el ‘FAQS’ (2017) que para hacer la independencia se necesitan, como mínimo, las dos terceras partes del personal con derecho a voto. 

Pero pelillos a la mar, y enfoquemos ahora Córcega que a lo mejor allí podría moverse alguna cosa, incluso tipo ‘procés’ de independencia. Como información complementaria en el ‘TN’ añadieron: «En el siglo XVIII Córcega consiguió la independencia y después fue ocupada por Francia». Efectivamente, fue serenísima república de 1755 a 1769, después de haber sido 122 años de la Corona de Aragón, otros 327 de la República de Génova y, al final, Francia la compró por dos millones de liras genovesas. ¡Ahh! La historia suele ser muy arborescente y conviene contarla completa.

Pero aquí lo relevante es esta nueva emoción que le ha sobrevenido a TV3. Quizá sería oportuno instalar una cámara fija en algún terrado de Ajaccio, como la que han resucitado en una azotea de Perpinyà recientemente, y así añadir esta isla francesa al mapa meteorológico del imaginativo Principat que TV3 cada día nos ofrece.

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