La crítica de Monegal: Sánchez Travolta inyecta adrenalina a la izquierda Uma Thurman

Añadían grandes rótulos que decían: «Sánchez adelanta las elecciones», «Sorpresivo adelanto electoral», «Órdago de Pedro Sánchez»... En resumen, al día siguiente de la gran victoria de Feijóo, de Ayuso, de Almeida, del PP en suma, criaturas vencedoras que se suponía que iban a protagonizar todas las aperturas de todos los informativos, resulta que ha sido Pedro Sánchez quien se ha erigido como el gran protagonista mediático y televisivo. ‘Hemos ganado, pero Sánchez sigue siendo el gran artista’ a lo mejor ha dicho esta mañana Feijóo con sorpresa mayúscula. O sea que la rapidísima jugada de adelantar las elecciones ha conseguido, de entrada, una rareza televisiva: que el foco de las cámaras prioricen al perdedor del 28-M en lugar de al ganador.

Ferreras, en ‘Al rojo vivo’ (La Sexta), ha lanzado esta mañana una interpretación ingeniosísima. Decía a sus contertulios: «¿Os acordáis de ‘Pulp Fiction’, cuando John Travolta le clava a Uma Thurman la inyección de adrenalina? ¡Vamos a ver si funciona!». Y se reconfortaba a sí mismo acariciando la esperanza de que Sánchez Travolta consiga que la izquierda reviva, como revivió la Thurman en la citada película.

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De la noche electoral fue el ‘especial’ de Vicente Vallés (A-3 TV) quien barrió las audiencias del telehipódromo nacional. En un momento dado, cuando la victoria del PP ya estaba cuajando en muchos municipios y autonomías, Vallés decía: «Las imágenes dicen mucho de lo que está pasando en el alma de los partidos. Miren la sede del PP: ¡se está llenando! Y miren la del PSOE: ¡no hay nadie!». Y nos puso Génova y Ferraz en pantalla partida, y aunque Vallés sabe disimular sus emociones, yo creo que el contraste le alegraba el espíritu.

En Catalunya arrasó TV-3. Cuando ya estaba escrutado el 100%, Ariadna Oltra entrevistó, en dúplex, al candidato más votado, Xavier Trias. Le preguntó si ya había hecho las habituales llamadas, de educación y buen gusto, a sus contrincantes. Dijo que sí. Aquí la pregunta importante debía haber sido si ya había llamado a Waterloo.