La crítica de Monegal: Cuando TVE viajaba con nosotros, y disfrutábamos

Cuando el archivo se usa con inteligencia y puntería, es tan demoledor como magnífico. Visionar ahora, en 2023, aquellos ‘sketchs’ del ‘Viaje con nosotros’, para la audiencia ha sido un ‘chute’. Para los viejos, un recuerdo que teníamos dormido, para los jóvenes, un descubrimiento sorprendentemente lúcido. Aquel momento de Santiago Carrillo con peluca. Aquel Felipe González enanito, y Gurruchaga, disfrazado de Victoria Prego, diciéndole al verlo tan reducido: «Presidente, es obvio que ¡el poder desgasta mucho!». Aquella secuencia de Els Joglars’ de Boadella, sacando un Pujol con los bolsillos repletos de billetes bajo la bendición de La Moreneta montserratina, que resulta que rompía a hablar la Virgen y era la voz de la negrita ‘Mammy’, la criada de Escarlata O’Hara en ‘Lo que el viento se llevó’...

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¡Ahh! Verlo ahora todo volcado de nuevo en la actual TVE ha resultado superlativo. Le preguntaron a Gurruchaga cómo pudo hacerse una tele tan rompedora, tan iconoclasta, tan irreverente. Contestó: «Por la suerte de tener en TVE una directora general que se llamaba Pilar Miró». Efectivamente, el nombre de Pilar Miró está sobrevolando mucho en esta primera temporada de ‘Días de tele’. A aquella directora la machacaron por su empeño en hacer de TVE una tele abierta y libre. Pero mientras estuvo en el cargo, lo hizo. Recordaba Gurruchaga que había un compromiso: «Solo me dijo: no te metas con el Rey ni con las Fuerzas Armadas». Todo lo demás, barra libre. Y sobre todo con esa capa de histriónico bufón que tan sabiamente sabia interpretar Gurruchaga para fluidificar el atrevimiento escénico que conseguía.

«Un buen director de televisión protege a los subordinados de abajo y resiste las presiones de los de arriba», decía Julia Otero recordando con admiración a la Miró. Este ‘Días de tele’, enseñándonos lo que TVE se atrevía a hacer en los años 80, ha debido de ser incómodo para los que la dirigen hoy en día. El contraste es espantoso. Y triste.