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La viral reflexión de Chicote sobre cómo está la restauración tras el covid

"Casi 10.000 locales han cerrado durante la pandemia en este país, se han quedado en la calle más de 400.000 personas", subraya el chef

El chef Alberto Chicote, durante su participación este lunes en la vigésimo quinta edición de H&T, Salón de Innovación en Hostelería en el Palacio de Ferias y Congresos en Málaga. EFE/Jorge Zapata  Málaga [Municipio]

El chef Alberto Chicote, durante su participación este lunes en la vigésimo quinta edición de H&T, Salón de Innovación en Hostelería en el Palacio de Ferias y Congresos en Málaga. EFE/Jorge Zapata Málaga [Municipio] / Jorge Zapata (EFE)

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laSexta emitió este jueves, a las 22:30 horas, una nueva entrega de 'Pesadilla en la cocina'. Alberto Chicote se desplazaba hasta Humanes (Madrid) para afrontar la misión de reflotar ‘La Fortaleza’ y, sobre todo, echar una mano a su dueño, al que tendrá que calmar sus explosiones de ira y enseñar a organizarse mejor para no acabar con la paciencia de sus empleados y de sus clientes. 

Alberto Chicote responde a la llamada de socorro de Óscar, un curtido hostelero de gran vocación, cuyo negocio –‘La Fortaleza’- arrastra las consecuencias de la pandemia con deudas y falta de clientes. Pero la llegada del chef pondrá sobre la mesa otras posibles razones por las que el negocio no funciona. Y es que los nervios de Óscar, su pésima gestión de la presión, la falta de organización y, en ocasiones, sus malos modos amenazan la buena marcha del restaurante. 

Una de las cosas que Óscar culpaba del declive de su local era la pandemia y es entoces cuando Chicote le da un mensaje motivador: "Casi 10.000 locales han cerrado durante la pandemia en este país, se han quedado en la calle más de 400.000 personas. Ha sido un hostión enorme, pero aún estás vivo", ha subrayado el chef.

A pesar de denominarse cervecería, ‘La Fortaleza’ es un restaurante de carnes y eso se presta a confusión. Además, la carta se toma licencias con respecto a platos típicos y las croquetas, supuestamente caseras, no lo son. Pero, sin duda, el gran obstáculo para la buena marcha del restaurante reside en la pésima organización derivada del nerviosismo de su dueño, Óscar. Su motivación no está en duda pero su habilidad para gestionar la presión se ve superada, dando lugar a malas formas, fallos organizativos, lágrimas de los empleados y desafección de los clientes. Además, el propietario se empeña en hacerlo todo, ralentizando el trabajo de los demás y dificultando su fluidez.

Paciencia, educación, confianza, respeto y templanza fueron las insignias que Alberto Chicote le otorgó a Óscar desde inicio de la jornada.