Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: Gladiolos mustios en una tumba gris y sin brillo

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Ferran Monegal

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Enormes repuntes de audiencia en La Sexta estos días. ¡Ahh! Le pasa a esta cadena lo mismo que les ocurre a los que nos cuentan la meteorología cuando se producen grandes tifones que provocan voladuras de tejados y edificios: su audiencia se dispara de forma superlativa.

En ‘El Intermedio’ Wyoming estaba compungido. Llevó gladiolos a la tumba de Casado. Fue un detalle delicado, aunque el gladiolo, en este caso, no es una flor oportuna. Cuenta Plinio el Viejo que gladiolo viene de ‘gladius’, la espada de los gladiadores. A los vencedores en el Circo les regalaban estas flores. No es el caso de Casado. Desparramados los gladiolos sobre la lápida, Wyoming se dolía de pérdida tan sensible. Y al final exclamó: «Pablo, que la tierra te sea leve y la puerta giratoria, generosa». ¡Ah! La puerta giratoria de Casado es por ahora una incógnita. Tampoco sabemos si a Teodoro le están preparando alguna.

En cualquier caso el golpe de la periodista Ana Pastor, logrando que Teodoro se sentase frente a ella en una edición especial de ‘El objetivo’, ha sido de primera magnitud. Una hora de entrevista en pleno funeral. El secretario difunto tiraba pelotas fuera, hacía equilibrios, ante las preguntas que le hacían. «¿Batalla? ¿Guerra? No, no, no hay ninguna», exclamaba, intentando trasformar su derrota en un acto de heroismo. Y Ana le advertía: «¡Quien esté escuchando no entenderá nada en absoluto!». Solo hubo un instante en el que Teodoro hizo un amago de artillería. Fue cuando dijo: «Cuando a los partidos nos llega una información de un activo interno, debemos preguntar, no tirar el informe a la papelera». O sea, un ‘souvenir’ dirigido a Ayuso y a su hermanito comisionista. Al final, Ana Pastor le dijo –quizá recordando aquella travesía del desierto de Pedro Sánchez– si también cogería el Peugeot y se echaría a recorrer caminos. Teodoro contestó: «Mi vehículo tiene 13 años, 550.000 kilómetros y el techo descolgado. Mi coche no está para ir a ningún sitio».

Todos estos responsos y misas fúnebres de estos días, bien mirados, son el pasado. El futuro parece que es Feijoo. Y en ‘El intermedio’ ya le dedicaron una pieza, un ‘approche’ puntiagudo, desempolvando imágenes de años atrás, cuando compartía la cubierta de un yate con el narcotraficante Marcial Dorado. ¡Ah! Los programas de guerrilla humorística son así: afilan la aguja y no dan puntada sin hilo.

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