Lo que pasa tras las cámaras

‘Tu cara me suena’ y ‘OT’ desvelan sus secretos

Algunos de los implicados en la realización de los programas de Gestmusic explican qué esconde el pulsador del concurso de imitaciones y qué otro uso tienen los cedés del 'talent' musical, entre otras curiosidades

RUTH

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Inés Álvarez

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El éxito de programas como ‘Tu cara me suena’ ('TCMS'), con ocho ediciones en lo más alto a la espalda, y del ‘talent' musical 'OT', que en octubre hará 20 años que inició su andadura con la ya mítica edición de 2001 y que se retomó en 2017 con una nueva generación, es incuestionable. Porque la música en la tele no puede faltar, es un ingrediente básico, y aquellos grandes programas con actuaciones en directo (o no) de los años 80 y 90 han dado paso a estos formatos, ofrecidos de otra manera, pero en los que se busca que esta sea de calidad.

Ese es el empeño de la productora Gestmusic, encargada de realizarlos, que con motivo de una jornada de talento organizada en la Blanquerna ha desvelado algunos de sus secretos. Por ejemplo, el que más suspicacias despierta: qué se esconde tras el pulsador, que aleatoriamente decide las canciones de ‘TCMS’. “El pulsador es lo que es y sale lo que sale”, explica Arnau Vilà, músico, compositor y director musical del espacio. “Lo que sí es cierto es que siempre salen cosas que sean capaces de hacer, no imposibles. Resuelto el enigma”, añade.

Una gran exigencia

Los concursantes de ‘TCMS’, artistas que propone Gestmusic y Antena 3, pasan por un proceso de ‘casting’ que busca tres perfiles. "Los cantantes, que nos permiten hacer numerosos virtuosos con una exigencia vocal llevada al límite; los actores y actrices, que quizá sean los que mejor imitan, y los cómicos, que nos garantizan el humor”, detalla Vilà. Ellos son los que se enfrentan cada semana a un nuevo reto. El miércoles aparecen con la canción asignada por el pulsador y se empezará a trabajar la imitación a nivel vocal y gestual. Con eso van a sus casas, a seguir de jueves a domingo. “Y lo tienen que combinar con sus bolos, sus rodajes…”, apunta Vilà. Con los deberes hechos (o no) aparecen el lunes por la mañana. “Y les ayudamos a mejorar su imitación en los ensayos”, cuenta.

Concursantes de 'Tu cara me suena' hacen cola para pasar por el pulsador.

Concursantes de 'Tu cara me suena' hacen cola para pasar por el pulsador. / ATRESMEDIA

El martes la suerte está echada. Solo habrá un pase, porque comienza el laborioso proceso de maquillaje y de vestuario, que puede durar horas. “Los concursantes saben que vamos a ensayar cuanto haga falta, pero cuando se da el ‘play’ en el plató, no se repite”, puntualiza Tinet Rubira, director general de Gestmusic. “En el fondo esto es un concurso y los famosos son muy competitivos. Con lo que hay que tener las reglas del juego claras”, apunta.Y el miércoles empieza de nuevo la rueda. “Otra intensa semana”, confiesa VIlà, quien asegura que utilizan algunos recursos, pero nunca el autotune. Con excepciones. “Nadie se imagina una imitación de Kiko Rivera sin autotune”, señala. “Y cuando las voces de los concursantes dan dolor de oído las intentamos tapar con los coros”, añade. 

El reto de Ruth Lorenzo

No es este el caso de Ruth Lorenzo, que participó en la edición de 2016 y la ganó. La cantante confiesa que le costó mucho decidirse, “porque una de las mayores complicaciones para una vocalista es intentar ir a un rango vocal que no es el tuyo y de una manera tan frecuente”. Además, estaba grabando un disco. Y temía no saber imitar. Pero aceptó el reto: “Me leía todas las entrevistas del artista para empaparme de su personalidad. Y Arnau me ayudaba a no poner en peligro mi voz”, dice la cantante, a la que caracteriza su gran autoexigencia. “Es un formato que tienes que trabajar mucho, y no es porque sea competitiva, pero el público y la relojería suiza del plató lo merecen” dice. Rubira le recuerda su imitación de Pink, que hizo boca abajo colgando de unas telas y girando sobre sí misma a gran velocidad. “Lo que me valió más de una vomitona”, admite Lorenzo.

El relato de Xasqui Ten, de Ten Productions, también marea, pero por otra razón: el miércoles reciben el ‘e-mail’ con las canciones. “Si hace 10 años me dicen que en una semana tendría que producir 10, diría que imposible, porque se necesitan dos o tres meses. Con lo que esto es de locos”, admite. Una vez saben qué necesitan, encargan a cada músico su parte y estos lo enviarán por WeTransfer. “No hay lugar para el error”. Trabajan incluso el domingo, para que el lunes los concursantes tengan la base musical para ensayar. Aunque siempre algo puede cambiar. Por una afonía del concursante, por ejemplo. El día de la gala, el martes, tampoco se descansa. “Hay que hacer los karaokes para Itunes y Spotify. Y el miércoles vuelta a empezar”, explica.

 “Ese trabajo perfeccionista también lo realiza el equipo de maquillaje, peluquería y vestuario”, recuerda Rubira. “Porque todo está hecho a medida”, insiste. Incluso los micrófonos tienen que ser parecidos a los del vídeo original. “Si hace falta, el jefe de sonido lo compra en Amazon o Wallapop. Y si no lo encuentra, le hace una carcasa en una impresora 3-D y mete dentro el micro”, detalla. “Nadie se podría imaginar a Nino Bravo sin su micrófono con cable”, dice. Esa misma exigencia se tiene con los instumentos: “Si es uno Hammond, se busca”, Incluso los músicos que están en el plató no son extras, sino reales, aunque la música esté grabada. “Así saben lo que están tocando”, justifica Rubira.

La música de ‘OT’

La manera de trabajar de ‘OT’ es muy diferente, porque los formatos lo son: mientras que ‘TCMS’ es un programa de entretenimiento, este es un ‘talent’, con un proceso pedagógico del que se hace partícipe al telespectador. Su historia comenzó en plena crisis de la industria musical.. “En el 2001, el gran drama era la piratería. Pero decidimos hacer cedés que salían a la semana siguiente de las galas, cuando lo normal eran dos meses. Y se vendieron millones. Ese fue el primer acierto. El segundo fue ponerlos a mitad de precio, y el tercero, que se encontraban en los supermercados”, rememora el director general de Gestmusic. Y rompieron el mercado.

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Actuación grupal de los concursantes de 'OT' 2020. / RTVE

La vuelta de ‘OT’ en 2017 ya llegó en la era de la difusión digital, lo que permitió que al minuto de ofrecerse la actuación en directo la canción ya estuviera en todas las plataformas de ‘streaming’. Pero el cedé no ha muerto. Aunque tenga otra función. “La gente lo necesita como soporte físico para las firmas”, asegura Rubira. Manu Guix, profesor musical de ‘OT’, valora también que ese mismo internet que favoreció la piratería les facilite el trabajo: “Nos ha puesto a nuestro alcance una biblioteca musical infinita en el dispositivo móvil. Y esto es increíble. No me quiero imaginar las reuniones de repertorio de ‘OT’ (esas en las que se deciden qué cantarán los ‘triunfitos’), a las dos de la madrugada, cuando no había Spotify”, se admira.

La ayuda de Spotify

“Es que teníamos memorias prodigiosas”, asegura Rubira. “Ahora las reuniones tras las galas se hacen con Spotify y eso nos facilita las cosas”, reconoce Guix. Rubira explica el proceso: “La gala semanal acaba a las 2.00 y a las 2.05 se pone el mecanismo de la elección del repertorio. No se hace antes, porque no sabemos quién va a estar nominado a salir y que canción elegirá. Para no repetir estilo. A veces cerramos el repertorio a las cinco de la mañana”. “Y a las diez hay repaso de gala (la reunión con los concursantes para ver qué ha ido bien o qué mejorar)”, apunta Guix.

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Algunos de los concursantes de la edición de 2020 de 'OT' y sus profesores, en uno de los repartos de temas. / RTVE

Ambos valoran la evolución que ha experimentado el ‘talent, que ya no solo busca cantantes, sino creadores de contenido musical. “Ya no somos un concurso de karaoke”, dice Guix, que se enorgullece de que en esta última edición, los 16 concursantes salieran de la academia con un 'single' compuesto por ellos. “Los jóvenes que se presentan saben cada vez más de música y lo que quieren hacer”, reconoce Guix. “’OT’les da unas herramientas y una experiencia brutal para desenvolverse”, añade. “Ojalá hubiera tenido yo algo así”, supira la exconcursante de ‘TCMS’, que sueña con ser jurado de ‘OT’. Que la música no pare.

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