TÚ Y YO SOMOS TRES

El sonido humano de la guillotina

TELEVISION MONEGAL CUARTO MILENIO  IKER Y SU GUILLOTINA

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Ferran Monegal

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Abrazado a una guillotina apareció el otro día Iker Jiménez en 'Cuarto milenio' (Cuatro). Y mientras soltaba la cuerda y caía la terrible cuchilla dio paso a Carmen Posadas para que nos hablase de la historia de este rudimentario instrumento de cortar cabezas. ¡Ah! Qué contraste: la delicada escritora junto a la sobrecogedora guillotina.

De un tiempo a esta parte está de moda en la tele abrir pequeñas secciones de divulgación histórica en programas ya rodados y constituidos. En 'Late motiv' (Movistar+), por ejemplo, Miguel Maldonado viene haciéndolo en clave de humor garbancero. Le salen unos análisis la mar de bárbaros, pero muy entretenidos. Carmen Posadas lo hace en fino.

Tiene mérito acercarse con finura a la guillotina. Es un tosco artilugio que sobrecoge mucho. No obstante nos advirtió de que guillotinar era una forma de matar de las más humanitarias que existen. Sí, aunque parezca mentira. Hombre, si lo comparamos con el desmembramiento a tiro de caballos, la horca, el garrote vil o el fusilamiento, es posible que sí, que la guillotina tenga sus virtudes. «Ofrece una muerte rápida e indolora», decía Carmen Posadas con delicadeza exquisita.

O sea que aunque el fín sea el mismo, es decir, ejecutar, matar, quitar la vida a alguien, parece que la guillotina es al menos algo rápido y preciso. A mí me hubiera gustado, no obstante, que en esta sesión tan sobrecogedora de 'Cuarto milenio' hubieran analizado también cómo ha evolucionado el arte de cortar cabezas. Desde aquellos años de la Revolución Francesa hasta hoy, hemos progresado mucho.

Ahora las cabezas ya no caen toscamente ensangrentadas sobre un capazo de mimbre. Ahora la forma más efectiva de eliminar a alguien es hacerlo invisible. Como si hubiera desaparecido. Aquel famoso adagio de Descartes en su 'Discurso del método', «Je pense, donc je suis», ya no sirve. Ahora ya no basta con pensar para existir.

En una serie que les recomiendo vivamente, 'Babylon Berlín' (Movistar+), una extraordinaria radiografía del final de la República de Weimar, un periodista, Samuel Katelbach, a quien ya nadie quiere publicar sus documentados informes acerca de cómo está avanzando el nazismo, exclama en un momento dado, cuando ya está profesionalmente guillotinado y abatido: «Ya no queda periodismo. Solo hacemos bulevar. Espectáculo. Hemos transformado a los lectores en espectadores». Tomen nota querid@s amig@s.

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