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Xavier Sardà: "El buen rollo de 'Obrim fil' responde al momento en el que vivo"

El periodista está al frente del programa de TVE-1 para la desconexión en Catalunya

El periodista Xavier Sardà

El periodista Xavier Sardà / periodico

Marisa de Dios

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Dice Xavier Sardà (Barcelona, 1958) que no sabe estarse quieto. Y esta temporada lo está demostrando con creces, ya que a sus colaboraciones con EL PERIÓDICO, 'La Sexta noche', 'Al rojo vivo', con Julia Otero en Onda Cero, con Jordi Basté en Rac1 y Gemma Nierga en La 2 y Ràdio 4 ha sumado programa propio'Obrim fil', un debate semanal en catalán sobre temas sociales para la desconexión de TVE-Catalunya. Este jueves 15 de octubre (TVE-1, 23.00 horas), el periodista que le dio un revolcón a las noches televisivas con su 'Crónicas marcianas' habla de sexo en tiempos del Satisfyer y de qué excita a los catalanes. Respecto al 'caso Mainat', su excuñado, prefiere mantenerse al margen.

A su edad, con 62 años, decía la temporada pasada que solo volvía a un plató con algo como 'Juego de niños'

Accedí a hacer 'Obrim fil' porque es la historia de una amistad. En TVE está ahora Enric Hernàndez, y en el programa están Ferran Cera, con el cual hice 'Dutifri' por todo el mundo, el director es Jordi Roca, tenemos a Sergi Torres... Me encuentro con la comodidad de trabajar con gente con la que me llevo bien.

'Obrim fil' se aleja mucho de los debates a los que estamos acostumbrados en la tele, más airados, porque, aunque haya diferencia de opiniones, siempre mantienen el buen rollo. Incluso la semana pasada, que hablaban de independentismo.

Es que tiene que haber buen rollo, tenemos que convivir. La vida cotidiana de un independentista y la de un no independentista es tan parecida… ¿Qué viene a complicar eso? Que cuando hablamos del futuro, medio país tiene una idea y la otra mitad, otra, y ambas son incompatibles, aquí está un poco el embrollo. Pero en cuanto a la vida cotidiana, creemos que somos muy distintos, pero en el fondo tenemos un sustrato común. Yo, por ejemplo, los fines de semana desayuno con un grupo de gente entre la que hay independentistas y no independentistas, pero todos somos amigos.

¿Y no se siente un 'rara avis' en la tele, donde priman los debates más subidos de tono?

No soy ningún querubín, y ahora no es el momento para hacer eso ni es el encargo, ni es el clima. Yo lo que quiero es estar a gusto de verdad.

¿No cree que los debates funcionan precisamente porque a la gente le gusta la discrepancia?

En parte sí. Ahora no viajo a Madrid por el covid, pero mis enganchadas con Marhuenda e Inda son antológicas, y me sigo llevando bien con ellos. Pero este programa no tiene esa vocación arquetípica. Yo creo que ese elixir de buen rollo responde mucho al momento en el que vivo. No quiero hacer teatro barato. No digo que los demás lo hagan, sino que no quiero hacer un teatro que a mí me suene barato e impostado.

En el programa han abordado temas sociales, que afectan al ciudadano, como la movilidad, la okupación o la identidad de género, y solo han tocado la política de puntillas. ¿Impregna la política demasiado nuestra vida?

Yo creo que sí, a la gente le interesan mucho más los temas sociales que la catarata de información política, pero hay programas excelentes de política. Yo creo que la gente está más interesada por temas sociales, y no digamos ya por el covid, por la economía, por las relaciones personales... Aunque claro, todo eso también es política.

Este programa se enmarca dentro de la nueva programación en catalán de TVE, que se ha ampliado a seis horas diarias. ¿Era una deuda pendiente que tenía la corporación con la audiencia catalana?

Sí, ellos lo plantean con una vocación clara que tienen desde el principio. Ahora hay que tener paciencia, porque son unas horas de desconexión que hay que perfilar bien, que la gente tiene que conocer que están ahí. Cuando hacía 'Crónicas marcianas' estaba acostumbrado a otro tipo de audiencias, pero en esta desconexión en Sant Cugat están satisfechos con los resultados. Eso sí, también hay que luchar, no hay que dormirse en los laureles.

Pero hacer un programa que no está tan marcado por la audiencia le dará la posibilidad de hacer el debate que usted quiere…

Sí, pero no puedes prescindir de que tenga una mínima audiencia. Hay que estar pendiente, en caso contrario sería un insensato.

¿No se planteó en ningún momento que el programa se pudiera ver en toda España?

Eso es un tema muy medular. Yo, en estas alturas de mi vida, salir a competir a toda España con un programa me resulta mucho más inquietante que hacerlo en el ámbito para Sant Cugat, en catalán, donde me siento cómodo. También hay gente a la que le sorprende verme presentando en catalán. A mi edad, ya no me veo saliendo a romperme la cara a hacer un programa para toda España.

"En la TV-3 actual, ni ellos me ven ni yo me veo"

Xavier Sardà

— Periodista

Hace un programa en catalán, pero no en TV-3… ¿se ve haciendo un programa en esa cadena?

Trabajé allí hace muchos años pero a corto plazo no me lo imagino. Se da por hecho que no. En la TV-3 actual, ni ellos me ven ni yo me veo.

En los últimos años se ha prodigado como tertuliano en 'Al rojo vivo' y 'La Sexta noche'. ¿Se siente más cómodo en esa posición que como moderador?

En realidad, en 'Obrim fil' soy un moderador que también editorializa, que se moja, así que soy una mezcla de ambas cosas. Pero presentar un programa es lo mío, dando mis impresiones y puntos de vista.

¿Se atrevería a moderar un debate con Inda y Marhuenda?

Claro que sí, te tomo la idea para 'Obrim fil'.

A lo mejor cambiaba el buen rollo del programa.

Yo ya he entrevistado a Marhuenda en Betevé, y es un señor con el que me araño en antena y luego es un tío muy calmado.

A mucha gente le cuesta creerse que después de esas enganchadas televisivas luego se vayan tan amigos.

Pues sí, en la tele digo que nos arañamos, nos hemos llegado a ofender mutuamente, pero no quiere decir que luego quedes herido. Está claro que Marhuenda y yo somos políticamente la noche y el día, pero es como en el caso de los 'indepes' y no 'indepes'. La vida cotidiana es la misma para todo el mundo, puñeta.

¿Quedó satisfecho con la nueva etapa de 'Juego de niños' que tuvo el año pasado en TVE?

Sí, fue memorable para mí revisitar aquellos parajes 30 años después. Me apeteció mucho hacerlo.

Era un programa especial, ya que fue su debut televisivo.

Al principio, estuve un año que no quise hacerlo. Estaba ya en la radio, tenía un reconocimiento fantástico y no quería ser famoso. No quería que mi cara fuese conocida. Al final acepté y lo hice dos años. Y aún hay gente que me suelta por la calle: '¡Gallifante!

"'Sálvame' es un programa de una eficacia indudable"

Xavier Sardà

— Periodista

¿Nunca se arrepintió de dar el paso si tanto le asustaba la fama?

No. En la radio era fantástico porque tenía prestigio, premios, reconocimientos, al señor Casamajor, un Ondas internacional… y la tele me daba miedo. A través de Rosa Maria [su hermana] sabía lo que era estar en un restaurante y que te mirase todo el mundo, y a mí eso me aturdía. Por eso tardé tanto en decidirme. Luego me miraban a mí en los restaurantes, pero no pasa nada.

¿Las tablas que le había dado la radio le ayudaron mucho en esos primeros años televisivos? Porque en el primer debate de 'Moros y cristianos' dice que estaba paralizado.

No estaba paralizado, sino aterrorizado, porque era mi primer programa de televisión en directo y con un teatro lleno de gente. Entonces oí mi voz como si fuese radio y pensé que mientras la voz me saliera, sabía que eso lo iba a salvar. Es que ni siquiera había sentido la sintonía [la tararea] y pensaba: es que no sabré qué decir… Pero el miedo previo a las cosas es muy superior al miedo real que producen. Tener miedo es lo que más miedo da.

¿Es hoy en día la tele más conservadora que la de hace unas décadas, la de la etapa de 'Crónicas marcianas'?

En 'Crónicas' podíamos hacer cosas muy impropias porque era un programa en directo, si hubiese sido grabado nos hubieran dicho en muchas ocasiones: ¡esto no lo pongáis! 'Crónicas' tenía momentos muy populares de televisión junto con otros políticamente incorrectos y durísimos, como el 'no' a la guerra, el asesinato de Ernest Lluch… Ahora también hay programas transgresores, como 'El intermedio'. Y los gladiadores de 'Sálvame' son brutales también, es un programa de una eficacia indudable.

Esta fama que tanto temía se multiplicó por mil con 'Crónicas marcianas', que ganó un ondas y una Rosa de Oro del Festival de Montreux, aunque se tildó de telebasura. ¿Creen que las críticas fueron injustas?

Decir que todo fue telebasura en un programa de tantas horas diarias durante todo un año es absurdo. En todo caso, telebasura es un epígrafe que lo argullen los que tienen pocos argumentos, no me parece un adjetivo muy imaginativo, los que lo dicen no tienen muchas ganas de trabajar en el análisis de un programa.

"Tener miedo es lo que más miedo da"

Xavier Sardà

— Periodista

Lo dejó por agotamiento, no porque hubieran decaído las audiencias.

Sencillamente, nunca aprendí a dormir por las mañanas. Lo normal entonces, con esos horarios, era que durmiese hasta las once o las doce, pero no, a las ocho estaba en pie. Y eso al cabo de ocho años… Si cuando hice el primer programa me hubieran dicho: lo harás ocho años y lo dejarás porque tú quieres, hubiese dicho: ¡Fantástico!

Colabora con varios programas radiofónicos, ¿para cuándo uno propio?

Un programa diario no. Yo soy ahora como aquellos señores que venían antes a mi programa y decía mira, se está un rato y se va, mientras yo me quedo. Ahora eso lo puedo hacer yo.

En el confinamiento ha escrito un libro.

Son 21 cuentos muy inquietantes. Mejor relatos, que suena más a Borges. Saldrá en marzo.

¿Inquietantes porque abordan la pandemia?

Hay un relato, 'El encargo', que va del covid, pero no todo el libro va del covid.

¿Escribir fue terapéutico para usted durante el encierro?

Yo no me sé estar quieto. Para mí escribir es mi yoga, estoy yo solo, te salen de dentro las cosas... Si escribes cada día media hora, al cabo de un año miras lo que has escrito y dices: ¡Dios! No porque tenga que ser bueno, sino porque es mucho.

Si escribir es su yoga, ¿qué es la televisión entonces?

Mi gimnasia rítmica.

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