EL REGRESO DE 'JUEGO DE NIÑOS'

Sardà vuelve con los 'gallifantes' a TVE

El concurso, en el que personajes famosos adivinaban algo mediante las ingeniosas definiciones de unos críos, incorpora nuevas secciones y triplica su duración

XAVIER SARDÀ Y JOSÉ CORBACHO EN JUEGO DE NIÑOS

XAVIER SARDÀ Y JOSÉ CORBACHO EN JUEGO DE NIÑOS / periodico

INÉS ÁLVAREZ

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Que levante la mano alguien que haya ido a EGB y que no sepa qué es un 'gallifante'. Y es que esa figurita que es medio gallina y medio elefante se convirtió en el mítico trofeo de un mítico concurso de TVE-1 de finales de los años 80 y principios de los 90: Juego de niños. Ahora, 30 años después, la cadena pública lo recupera, con su último presentador al frente, Xavier Sardà (que, además, lo codirige con Jordi Roca), a quien ayudan los traviesos José Corbacho y Juan Carlos Ortega. Entre los juguetones concursantes se encuentran Berto Romero, Marta Hazas, Alaska, Mario Vaquerizo, Miguel Ángel Muñoz, Boris Izaguirre y Miki.

La esencia original

El concurso guarda la esencia de aquel que se estrenó en 1988 y que hasta 1992, año en que la cadena ofreció su última emisión, presentaron Amparo Soler Leal (1988), Tina Sainz (1989), Ignacio Salas (1989-1990) y el recuperado Xavier Sardà (1990-1992). «A mi edad, si vuelvo a un plató, tiene que ser con cosas como estas», asegura el que fuera presentador de 'Crónicas marcianas', metido ahora a tertuliano de 'La Sexta Noche'. «Cuando en esta nueva edición dije por primera vez: ‘¡Has ganado 20 'gallifantes'!’ fue para mí como si el tiempo no hubiese pasado», dice.

Y es que el concurso que estrenará pronto TVE-1, una producción de RTVE en colaboración con Visiona TV, conserva aquello que le hizo triunfar. «La primera parte es el 'Juego de niños' 'stricto sensu'», asegura Sardà. Aunque se incorporan novedades. Así lo explica Corbacho:  «Como el programa ha crecido, ya que ha pasado de los 25 minutos a los 90, además de seguir esas definiciones surrealistas que hacen los niños y que deben adivinar los famosos, hay más secciones». Por ejemplo, la que discurre en una sala de juegos. «Una especie de ludoteca donde hay que prever cómo reaccionarán a determinados estímulos niños muy pequeños, de 2 a 4 años», detalla el codirector.

En otra de las pruebas introducidas, los desinhibidos concursantes deberán disfrazarse. «Hay tres cabinas en la que hay que tres disfraces y los famosos y un niño se pondrán el que quieran. Cuando salen, deben e haber coincidido en la elección», añade Roca. «Luego hay otra sección muy bonita, en la que cogemos vídeos de los años 80 y 90 y traemos a esos niños, que ahora tienen 35 o 40 años, y los camuflamos entre adultos de esa edad, para que los famosos adivinen cuál es el original», apunta la ex-celebrity de Masterchef.

Anécdotas de la infancia

«También hay un cara a cara entre los dos famosos, en el que se cuentan tres anécdotas de la infancia y el otro tiene que adivinar cuál es la auténtica», desvela Roca. ¿Puede no funcionar cuando la pareja lo estambién en la vida real, como Alaska y Mario Vaquerizo?. «La gente no se lo cuenta todo», recuerda. «Además, hay cosas que se las preguntamos a las madres».

Y llega la prueba final: el 'gallifantazo', representado por una escultura de mayor tamaño. «Es una prueba  muy emocionante y nada fácil», reconoce Sardà. «En ella hay un panel con ocho definiciones que hacen ocho niños y tienen que adivinarlas en tres minutos, lo que permite sumar 1.000 gallifantes más, que se traduce en dinero que se destina a una oenegé», concluye el director de 'Tapas'. Porque, como es habitual en concursos con famosos, el premio tiene un destino benéfico.

Como niños

«Yo colaboro en tres de esas secciones y hago algo que me siempre me ha gustado mucho hacer en televisión: ir a la contra del presentador. Sardà intenta controlar este patio de niños y yo salgo a alborotar el gallinero», comenta Corbacho con cara de pillín. Ortega, por supuesto, también hace de las suyas. Y Sardà, aunque pone orden, reconoce que disfruta como un niño, un niño con zapatos nuevos.

Ahora está por ver si los telespectadores lo acogerán con igual ilusión. «El programa no va a defraudar a la gente que tiene ese recuerdo nostálgico (aunque sea difícil luchar contra los recuerdos) y va a traer a nuevas generaciones que no conocían el formato original y ahora lo descubrirán», predice Corbacho. Las casas de cambio acabarán poniendo el 'gallifante' entre sus divisas. Igual nos iría mejor que con el euro.