TÚ Y YO SOMOS TRES

Todo lo que entra por la boca sale por aquí

Cena y conexión directa con el váter, T-5.

Cena y conexión directa con el váter, T-5.

Ferran Monegal

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Se ha inventado Tele 5, para entretener al personal la noche de los viernes, un programa titulado La última cena. Consiste en reunir al grupo habitual de cotillas de la casa y que dos de ellos –cada semana dos distintos– preparen un menú para que los otros coman y puntúen lo comido.  Les ayuda en la labor gastronómica el cocinero Sergi Arola. Apenas tiene protagonismo. Mejor que pase inadvertido. En realidad estas sesiones de manduca son un pretexto para que, mientras cenan, los cotillas se vayan mordiendo a dentelladas entre ellos mismos. O sea que en lugar de cocinar ese gazpacho y esa lubina que prepararon en la primera edición, deberían haberse desmembrado algúna pieza de su cuerpo y comérsela rustida. Es la base del canibalismo.

En el fondo todo eso no son más que pequeñas variaciones sobre el sistema televisivo que siguen desde hace tiempo en toda Tele 5: las criaturas en nómina allí desparramadas se van apuñalando entre sí, y se producen sangrías. Pero son desangramientos consentidos, bien pagados, y los órganos extirpados y consumidos se les reproducen enseguida. Lo mas original de esta especie de Masterchef caníbal ha sido que mantuvieron durante toda la noche conexión directa con el váter. Pusieron una cámara fija en el baño, y allí colocaron también a Nuria Marín, delicada criatura de la escudería de la propia cadena, y su trabajo consistía en ir  recibiendo a los comensales que en un momento dado les habia sobrevenido un apretón fisiológico y corrían a hacer pipí. O popó. El presentador J.J.Vázquez conectaba continuamente con Nuria, y ella, mientras atendía a los evacuantes,  decía: «Todo lo que entra por la boca sale por aquí». Efectivamente. Es el Principio de Conservación de la Masa: nada se crea y nada se destruye, solo se transforma.

Mirando el asunto con profundidad y cariño eso de tener una cámara en el váter, como punto de conexión con los programas, a mí me ha parecido un golpe genial. Seguramente sin pretenderlo, les ha salido la más perfecta autocrítica. Nos han demostrado que el espacio natural que complementa los platós es el retrete. Cuidado, este asunto no es patrimonio exclusivo de Tele 5. Otros imperios televisivos, privados y públicos, también deberían mantener siempre una cámara en el váter. Como extensión evacuante natural de lo que en algunos platós se produce.

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