TÚ Y YO SOMOS TRES

María Teresa&Arrocet, la jaula y el pájaro

María Teresa&Arrocet, la jaula y el pájaro. Tú y yo somos tres. Por Ferran Monegal

La ruptura Campos/Arrocet, en el 'Deluxe'. / periodico

Ferran Monegal

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El pájaro voló, no quería estar más tiempo en esa jaula. Eso dijeron los cotillas oficiales del Deluxe (T-5) rebañando la separación de Bigote Arrocet y la señora Campos. ¡Ah! En Mediaset llevan los últimos días del 2019, y los primeros  del 2020, dándole a este rompimiento categoría de tema estelar. Sálvames, Vivas la vida, Deluxes... Resulta paradójico que la que fue gran estrella de la cadena, y que hace algo más de un año fue jubilada por considerarla amortizada, vuelva ahora a recibir la atención de este imperio. Una atención con su cariño habitual, o sea, a base de acariciar su separación a punta de pico y pala. Es lo que hay. La tumba de un amor televisivo se cava en los platós, y todo el elenco de colaboradores se afana poniendo su granito de arena en la zanja.

Esta ruptura, menos pacífica, tiene de todo. ¡Es una batalla y con venta de exclusivas de por medio!  Mientras Arrocet vivía con María Teresa, mantenía simultáneamente dos relaciones con dos señoras más: una rubia y elegante que vive en el centro de Madrid, Leganitos, plaza de Santo Domingo, y otra en Chile, doctora de profesión. No, no, tiene más, tiene más, tiene también una camarera en Vallecas y una dama en Barcelona. ¿Y las hijas? ¿Sabían algo?  Sí, sí, las hijas eran conscientes de lo que pasaba. Callaban para no disgustar a su madre. ¿Y el dinero? Arrocet vivía de María Teresa, ¿verdad? Sí, hay salidas de dinero de bancos y operaciones inmobiliarias frustradas. Ella hasta le compraba los billetes de avión a Chile, ida y vuelta, y él, al llegar, cambiaba la vuelta, a su aire.

Y así mucho rato, muchas horas de programas, bien rellenados de publicidad. ¡Ahh! Qué maquinaria más perfecta la de la televisión. Qué tremendo festín el que está celebrando ahora Tele 5 sobre la señora Campos. Pasen y coman. Comamos todos. Engordemos. Sin escrúpulos. Sin manías. Sin reparos.

Lo del pájaro atrapado en una  jaula tiene su referente melódico en aquella ranchera que cantaba el mexicano Pedro Infante«En una jaula de oro / Pendiente del balcón / Se hallaba una calandria / Cantando su dolor». Hombre, hay que reconocer que como jaula la mansión no estaba mal. Era lujosa y amplia. «¿Es verdad que Arrocet decía que la Campos chocheaba?», se preguntaban el otro día en el plató del Deluxe. ¡Ahh! Son delicados a rabiar.