TÚ Y YO SOMOS TRES

Pablo Iglesias conquista el cielo en taxi

Pablo Iglesias llegó a Atresmedia en taxi. Tú y yo somos tres, por Ferran Monegal

Pablo Iglesias llegó a Atresmedia en taxi. / periodico

Ferran Monegal

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En mitad del tráfico de cochazos. Mientras Rivera, Sánchez y Casado iban llegando con su automovilística colosal –el Lexus que se acaba de comprar Rivera es impresionante–, de pronto exclamó Ferreras en su puesto de mando de Al Rojo Vivo (La Sexta), edición especial previa al debate: «¡Puede ser, puede ser, puede ser...! ¡Síïï! ¡Es Pablo Iglesias que llega en taxi! ¡En taxi!». ¡Ah! Qué golpe el del líder de Podemos. Estábamos acostumbrados a que Iglesias marcase distancias con su aliño indumentario, que esta vez no era de Alcampo sino de la firma 'Uno Nueve Ocho', acreditada empresa de ropa republicana, que además vende guillotinas a tamaño real como complemento revolucionario. Pero en esta ocasión, además, ha querido marcarse un detalle, una distancia, sobre la automovilística despampanente de los demás. Hombre, lo que quizá no sospechaba Iglesias es que, encima,  iba a ganar el debate. ¡Ah! Tiene mérito conquistar el cielo en taxi.

Su estrategia no fue la del político agitador, sino la del político pausado. Contundencia sosegada. Cantó verdades como puños, de profundo calado, pero sin acompañamiento de dagas ni puñales. O sea, procurando no asustar Y sobre todo fue la gran muleta de Pedro Sánchez. Le salvó de más de un lance complicado. En todo el debate solo hubo un momento en que le lanzó una perdigonada. Fue cuando habló de las puertas giratorias y de las fétidas cloacas del Estado. Fuera de ese instante, Iglesias y Sánchez conformaron un bloque. Se complementaban. Casado, esta vez no se olvidó la dentadura en casa. Pero sus colmillos no estaban lo suficientemente afilados. Y Rivera ya no fue aquel torbellino del primer debate. Le quedaba todavía en la chistera algún detalle escenográfico, pero al sacarlos ya no produjo la excitación que deseaba.

Casi a esa misma hora, en la plaza de toros de Las Rozas, resulta que Santiago Abascal también tocó el cielo con las manos. Pero no creo que llegase en taxi. Seguramente a caballo. Qué gran error el de la Junta Electoral negándole el debate de Atresmedia. Hasta ahora solo le conocemos como monologuista de Vox. Aparte de pinceladas bárbaras, como las pistolas, los muros antiinmigrantes, y la caza, no sabemos si tiene en la cabeza alguna idea sensata de Estado. En el debate lo habríamos podido comprobar.