TÚ Y YO SOMOS TRES

Quemar y fusilar a Abascal y Puigdemont

Quemar y fusilar a Abascal y Puigdemont Tú y yo somos tres por Ferran Monegal

El muñeco de Puigdemont, en Coripe. / periodico

Ferran Monegal

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Domingo 21. Incineración y tiroteo contra un muñeco en la localidad andaluza de Coripe. Es noticia de interés: el muñeco representaba a Carles Puigdemont.  Construido como un pelele de serrín y trapo, con la estelada como capa, fue paseado por las calles del pueblo hasta la plaza mayor. Allí fue colgado de una higuera. Y ante el recochineo del vecindario asistente acabó incinerado y remachado con tiros de varios escopeteros. Análisis televisivo del suceso, según las cadenas que cubren todo el telehipódromo estatal. Informativos de esa noche. En el Telediario de TVE-1 no lo consideraron noticia relevante. No tocaron el tema. Silencio. En A-3 TV Noticias tampoco, pero en este informativo sí nos contaron con detalle otro suceso: el de Torroella de Montgrí donde, tras la visita de Inés Arrimadas, algunos vecinos desinfectaron, con lejía, las calles por donde ella pisó. En La Sexta sí enseñaron y relataron ampliamente la quema y fusilamiento del muñeco de Coripe. Nos contaron que cada año, el domingo de Resurrección, es tradición quemar y fusilar al que consideran «el Judas del año». Informaron que otros años hicieron lo mismo con Felipe González, Aznar, Iñaki Urdangarín y hasta Bárbara Rey.

En Informativos Tele 5 también ampliaron la noticia señalando que este mismo domingo 21, en la localidad de Alfaro, eligieron quemar a Santiago Abascal transformado en muñeco. Parece ser que en esta zona de La Rioja también es tradición este tipo de incineraciones. Hasta aquí el tratamiento en el telehipódromo estatal. Vistas las informaciónes podría parecer que estamos ante fiestas pintorescas, bufonadas para regocijo popular, satíricas y alegres, catalogadas como atracción turística incluso. ¡Ah! Cafre atractivo, señoras y señores. Que año tras año vayan incinerando y fusilando personajes en forma de muñecos, desde Aznar a Abascal, desde Felipe González a Carles Puigdemont, es la demostración que el 20 de noviembre de 1975 aquella Epaña negra y bárbará no murió. Y digo lo mismo con la quema pública de fotos de personas, lanzamientos de cabras desde campanarios, o corridas de gansos perseguidos por matarifes a caballo que no paran hasta arrancarles de cuajo la cabeza. Ayer, en Canal Sur,  salió un niño de cuatro años de edad, vestido de legionario y cantando Soy un novio de la muerte. Vamos mal. Vamos a peor.