Porquería en la pantalla: los limpiadores

Vivimos rodeados de pantallas. Nos pasamos el día frente a ellas. Y los analistas advierten que el porcentaje de basura que nos ofrecen, crece. En El reportatge del TN vespre (TV-3), Victoria Miró nos ha presentado un breve pero contundente documento: dado que la porquería en internet cada vez es más omnipresente, se ha creado un nuevo oficio moderno: el de vigilante limpiador de la bazofia que nos ofrece la red. En Barcelona los tienen trabajando en una planta de la Torre Glories. La opacidad es el santo y seña de esta empresa.

Una joven que aspiraba a este trabajo contó: «Querían saber mi reacción frente a vídeos de torturas, maltrato infantil, violaciones, pederastia, abusos a menores y suicidios en directo». Los investigadores Ciaran Cassidy y Adrian Chen ya nos alertaron de este tema, en el 2017, en The Moderators. Los que han visto este documental dicen que es pavoroso. Los limpiadores, durante 10 horas cada día, tienen que ver, filtrar y limpiar 2.000 imágenes por hora. Los efectos en su cerebro son letales. Acaban absolutamente desquiciados.

En el gremio de basureros urbanos, este admirable colectivo que recoge cada día nuestra porquería y la mete en un camión no se conocen casos de que el trasiego de la inmundicia les afecte al cerebro. En el caso de los basureros de la red, la exposición continuada a imágenes canallas y perversas contamina sus neuronas. Yo llevo años yendo periodicamente a una psicóloga. Me enseña técnicas de protección contra las fake news, trampas y manipulaciones que impulsan algunos canales de tele. Y me da unas pastillas muy buenas para soportar los tostones de lo que algunos llaman entretenimiento; sobre todo los programas de graciosos que quieren hacer reír y dan pena. Voy sobreviviendo.

COCINAR BIEN Y COMER MAL .– Tremenda paradoja. Veo a los niños de Masterchef  Junior (TVE-1) frente a la hermosa catedral de San Antolín de Palencia, cocinando un exquisito pato asado con alubias y frutos secos. Y veo que En el punto de mira (Cuatro) han descubierto que en los comedores de muchos colegios a los niños les dan catering-bazofia en lugar de alimentos sanos y sustanciosos. O sea, estamos enseñando a nuestros hijos y a nuestros nietos a cocinar estupendamente, pero en muchos colegios nos los alimentan con carroñas o productos de dudosa procedencia. Es un tema grave y serio.