TÚ Y YO SOMOS TRES

La sombra de Roca sobre el juez Castro

Ferran MONEGAL

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La sentencia y entrada en prisión de Iñaki Urdangarin está reavivando la apasionante cuestión de Cristina de Borbónla Infanta salvada. En los Telediarios de TVE-1 solo emiten crónicas planas, descriptivas del momento puntual sobre Urdangarin, pero ni una reflexión, ni un recordatorio, ni un análisis retrospectivo sobre las regias lluvias que han traído estos barros. En el des-Informe semanal se esforzaron en dibujar al marido de la Infanta como un listo, un jeta, un desaprensivo, «que ha perjudicado la imagen de la Corona». ¡Ahh! Los malos no son los peores, ¡qué bien le va esta frase a este caso!

En otras cadenas en cambio, como La Sexta, (La Sexta noche), se han atrevido a señalar que Urdangarin es, simplemente, el cortafuegos para preservar la institución monárquica. En El objetivo, por ejemplo, Ana Pastor consiguió el domingo sentar por primera vez en un plató al juez instructor José Castro. Habló claro. Se refirió a la Infanta como alguien a quien «el dinero llegaba a su bolso y luego decía no saber nada». También relató que durante la instrucción del caso «Los abogados de la Infanta no daban un paso, no hacían nada, sin consultar antes con el fiscal Horrach». ¡Ahh! Qué maravilloso cuadro: la defensa y la acusación resulta que funcionaban como una hermandad.

Pero lo más restallante de Castro fue cuando explicó que un día, en Palma, un emisario le abordó diciéndole que Miquel Roca le convocaba a un encuentro secreto, en una finca de camuflaje. «Si hubiese sido tan imbécil de acudir a esa cita, que además hubiera sido delictivo -decía-  se podían haber inventado lo que quisieran. ¡A ver si este tonto acude!, debieron de pensar». ¡Ahh! Luminosa martingala. Visto lo que se va conociendo del caso, éste que ahora ha entrado en la cárcel quizá pasará a la Historia de la ornitología borbónica como El pardillo de palacio.

Artur Mas, patidifuso

Artur Mas, patidifusoEl segundo invitado de Ana Pastor fue Artur Mas. Supongo que los analistas políticos examinarán esta interesante resurrección, ese volver a la palestra mediática estatal, y las intenciones que subyacen. A mí me toca resaltar cuando una ciudadana del público preguntó: «¿Cómo se sentiría si alguna de sus nietas le dijera que quiere entrar en las Fuerzas Armadas españolas?». ¡Ahh! Y Mas contestó: «¡Me ha dejado usted patidifuso!». En efecto, ¡tierra trágame!